BAJO SOSPECHA

El dinero no alcanza

Bibiana Belsasso. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

En México, el costo de la vida se ha encarecido. Si en el 2018 podrías ir al súper con mil 490 pesos, hoy gastas dos mil por los mismos productos. Por ejemplo, la gasolina en 2018 estaba entre los 18 pesos por litro, hoy esa misma gasolina Magna está en unos 23.48 pesos.

Y con esto todo se encarece, aunque la política monetaria esté relativamente controlada. Y es que, aunque la inflación general está estable, el consumidor percibe que, cuando sale a hacer las compras, todo ha aumentado de precio.

La inflación en México ha venido desacelerándose, pero aun así, los ciudadanos que salen a hacer las compras para su consumo diario se dan cuenta de que el dinero no alcanza. Precios de productos básicos, como tortilla, huevo, pollo, carne de res y varias verduras, sin olvidar los precios de la gasolina o del gas, han aumentado.

El precio del kilo de la tortilla no baja, al contrario, en los últimos seis años se ha disparado. De costar 12 pesos en 2019, hoy está en 20 pesos y en algunas ciudades incluso llega a los 23 pesos.

Otro caso es el precio del huevo, que ha registrado variaciones significativas en 2025, con incrementos anuales de hasta 45 por ciento en algunos periodos, impulsados por problemas en la oferta. Si en 2019 un kilo costaba 30 pesos, hoy el mismo producto está por arriba de los 45 pesos.

El pollo es otro producto que ha tenido unos picos drásticos en su precio. Por ejemplo, una pechuga de pollo en mayo pasado llegó a costar hasta 138 pesos por kilo, esto debido a la presión por incrementos en insumos y brotes de gripe aviar en países exportadores. Mientras que hace seis años, la misma pechuga estaba en los 60 pesos.

Y ni hablemos de la carne de res, que está entre los productos con mayor incidencia inflacionaria en 2025. Factores como la sequía y la menor producción ganadera han contribuido a este incremento, que ha superado, incluso, los niveles observados durante la pandemia. Algunos cortes de carne de res pueden alcanzar los 200 pesos por kilo en la actualidad.

CARNE, POR LAS NUBES

Un hombre atiende una carnicería al interior de un mercado en la alcaldía Benito Juárez, el pasado 11 de junio Foto›Cuartoscuro

Pese a ello, según reportes del Inegi y del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el consumo per cápita de carne de res ha disminuido, aunque sigue siendo la proteína más consumida por los mexicanos.

La vivienda en México también se ha encarecido. Aunque la inflación general bajó, las tasas de interés altas se mantuvieron entre 2022 y 2024 y se encarecieron los créditos hipotecarios.

Hoy, acceder a un crédito o préstamo es más caro que hace un par de años.

En el primer trimestre de 2025, el Índice de Precios de la Vivienda de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) mostró que las casas y departamentos aumentaron en promedio 8 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

Especialistas en el sector indican que, en los últimos años, el precio de la vivienda ha crecido más rápido que los ingresos de las personas.

Y mientras todo se encarece y los sueldos de los mexicanos, en términos reales, han aumentado, se sigue percibiendo que el dinero no alcanza.

Si bien, según la OCDE en los últimos años los salarios en México crecieron un 5.4 por ciento en términos reales, la Organización Internacional del Trabajo asegura que, en promedio, los sueldos reales en México aún están un 7 por ciento por debajo de su valor real en 2008.

Hay avances reales en los ingresos, pero el poder adquisitivo aún no alcanza los niveles previos al 2008.

A todo esto hay que sumar el tema de la extorsión como factor inflacionario.

Distintos grupos del crimen organizado cobran derecho de piso y extorsionan a las tortillerías, carnicerías, pollerías y también a los agricultores.

Por ejemplo, en Michoacán, los productores de limón y aguacate llevan ya muchos años enfrentando las extorsiones del crimen organizado. Pero, además, los productores de otros insumos, como maíz, jamaica y mango, también deben pagar al crimen organizado para poder cosechar sus productos. Muchos han decidido simplemente abandonar sus tierras.

En un reportaje del diario El País hicieron un análisis en el que señalan que los propietarios en municipios como Apatzingán y Buenavista pagan hasta dos mil millones de pesos al año en extorsiones, principalmente al Cártel Jalisco Nueva Generación. Ese gasto también se ve reflejado en el precio final del producto.

La extorsión se extiende en varios rubros, desde el control de tierras, la cosecha y la venta de los productos.

Otro dato: el Consejo Nacional Agropecuario asegura que la extorsión, junto con la inseguridad, también ha sumado a la inflación en los productos que consumimos los mexicanos.

Otro tema es que los transportistas pagan entre 500 y mil pesos extras por tonelada que transportan a los grupos delincuenciales en las zonas de mayor violencia, esto encarece los productos entre un cinco y un 10 por ciento.

Es verdad que la actual administración está trabajando y enviando fuerzas de seguridad a las zonas de mayor extorsión en el país. El reciente operativo hecho en el Estado de México también golpeó a las organizaciones que extorsionan.

Pero la inseguridad se dejó crecer desde el 2018, con la práctica de “abrazos y no balazos”. Hoy, estos grupos están incontrolables.

Si bien ahora parece que la estrategia acabó con los abrazos, y que las autoridades están enfrentando duramente a los extorsionadores, éstos son grupos que se fortalecieron durante todo un sexenio.

En México, el problema no es que la gente no sepa administrar su dinero, es que aun con los apoyos sociales, el dinero hoy alcanza para mucho menos.

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