Estrictamente hablando el salario mínimo resulta inconstitucional porque no cumple con lo que la Constitución manda (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/2025/08/12/de-los-ingresos-12/). El problema es que lo que la Constitución manda, que el salario mínimo alcance para que el trabajador y su familia satisfagan adecuadamente sus necesidad en los órdenes material, social y cultural, es erróneo, porque al trabajador no se le puede pagar (¡ojalá y se pudiera!), según sus necesidades, sino según su productividad y conforme a la relación oferta – demanda de trabajo en su mercado laboral.
Y lo que la Constitución pretende, en su artículo 123, es que al trabajador se le pague según sus necesidades y las de su familia. Si al trabajador se le pagara según sus necesidades, ¿qué incentivos tendría de trabajar, si no se le remuneraría por el trabajo realizado sino conforme a sus necesidades?
Imaginemos dos trabajadores, A y B, que realizan el mismo trabajo. A tiene familia, B no. Si se remunerara según las necesidades del trabajador y su familia, el salario de A, que tiene familia, sería mayor que el de B, que no la tiene, lo cual resultaría en remuneraciones distintas por el mismo tipo de trabajo. ¿Sería correcto? Además, ¿cómo medir, objetivamente, las necesidades del trabajador y sus familiares, para lo cual hay que comenzar por distinguir entre necesidades, por un lado, y gustos, deseos y caprichos, por el otro? Y si se remunerara únicamente conforme a las necesidades, ¿ya no se podría aspirar a satisfacer gustos, deseos y caprichos, o estos están incluidos en lo que la Constitución califica como necesidades sociales y culturales?

Magnicharters, de pena
¿Qué se requiere para que aumenten los ingresos de los trabajadores? En primer lugar, que aumente su productividad, su capacidad para hacer más con menos, lo cual se logra mejorando el capital humano, que son los conocimientos, habilidades y actitudes (actitud que es importante, debiendo ser laboriosa, no burocrática). En segundo lugar, que la demanda de trabajo, de parte de los empleadores, sea mayor que su oferta, de parte de los trabajadores, para lo cual se requiere que aumenten las inversiones directas, que son las que los empresarios destinan a la producción de bienes y servicios, a la creación de empleos (demanda de trabajo), y a la generación de ingresos, inversiones directas que en México suman ya ocho meses, de septiembre a mayo, con crecimiento negativo, 4.82% en promedio.
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2024, del INEGI, este fue el ingreso corriente (ingreso por trabajo + renta de la propiedad + estimación de alquiler de vivienda + transferencias + otros ingresos corrientes), promedio mensual, para cada decil de la población: I, $5,598.33; II, $9,432.33; III,$12,281.67; IV, $15,081.67; V, $18,102.67; VI, $21,533.33; VII, $ 25,817.00; VIII, $31,763.67; IX, $41,237.33; X, $78,698.33. Promedio: $25,954.63, de ingreso corriente total, del cual, ingreso por trabajo, fue el 65.63%, $17,034.02.
La generación promedio de ingreso mensual, por trabajo, en 2024, fue de $17,034.02, muy baja. Esta, la baja capacidad para generar ingreso por medio del trabajo es uno de los principales problemas de la economía mexicana. ¿Seremos capaces de resolverlo?

