No faltan quienes consideran que el dinero y el mercado son malos. En sus manos está evitarlos: que no usen dinero, que participen en el mercado. ¿Cuáles serían las consecuencias?
Comienzo por el dinero, que es cualquier cosa que se acepte como medio de intercambio, cualquier cosa con la que estemos dispuestos a pagar una compra, cualquier cosa con la que estemos dispuestos a que se nos pague una venta, para lo cual oferente y demandante deben aceptarla como medio de intercambio.
Muchas cosas se han utilizado como dinero: la sal, el cacao, los granos, el ganado, el oro y la plata, los billetes y las monedas producidos por los bancos centrales, las criptomonedas (que han demostrado que, para proveer de dinero a una economía, no son necesarios los bancos centrales, razón por la cual a estos no les gustan), lo cual quiere decir que no hay algo que, por su propia naturaleza, sea dinero, y que la cualidad de tal depende de la aceptación o el rechazo de los agentes económicos.

Importante reconocimiento a la SHCP
El Bitcoin, ¿es o no es dinero? Depende. Si A, vendedor, está dispuesto a que se le pague con Bitcoin, y B, comprador, está dispuesto a pagar con Bitcoin, para ellos es dinero. Por el contrario, si C, comprador, no está dispuesto a pagar con Bitcoin, y D, vendedor, no está dispuesto a que se le pague con Bitcoin, para ellos no lo es. Si E, vendedor, sólo acepta que se le pague con Bitcoin, y F, comprador, no acepta pagar con Bitcoin, no habrá intercambio. Si G, comprador, sólo acepta pagar con Bitcoin, y H, vendedor, no acepta que se le pague con Bitcoin, tampoco habrá intercambio
(En otra columna tocaré el caso, que perece contradecir la definición de dinero como cualquier cosa que los agentes económicos acepten como medio de intercambio, del dinero de curso legal, impuesto por la autoridad como único medio de intercambio, con la obligación de los agentes económicos de aceptarlo).
Retomo el tema. Quienes afirman que el dinero es una mala cosa la tienen fácil: que no lo utilicen, lo cual supondría no sólo no usar billetes y monedas, sino tampoco chequeras, tarjetas de débito, tarjetas de crédito, vales de despensa, vales de gasolina, etc. Si dejaran de usarlo, ¿qué pasaría con su nivel de bienestar, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen, la gran mayoría de los cuales hay que comprar (hay algunas excepciones como el aire que respiramos, o la luz solar que nos ilumina, o el viento que mueve las aspas del molino)? Si dejaran de usar dinero tendrían que recurrir al trueque, y del total de transacciones comerciales que realizan utilizando dinero, ¿cuántas podrían realizar por medio del trueque? Probablemente ninguna, o, en el mejor de los casos, una mínima parte de las que realizaban. ¿Resultado? Menor compra de bienes y servicios, mayor escasez, menor bienestar.
El dinero no es algo malo, es una de las herramientas más maravillosas con las que contamos porque nos permite superar las limitaciones del trueque, realizar más intercambios comerciales, disponer de una mayor cantidad de satisfactores, reducir la escasez, elevar el bienestar.
El dinero es un instrumento extraordinario y para que funcione correctamente debe ser administrado adecuadamente por las autoridades monetarias, algo que no siempre sucede. El resultado es la inflación.
Continuará.

