SOBRE LA MARCHA

La carta y la amenaza

Carlos Urdiales. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Tropiezos verbales cualquiera, contradicciones morales no todos. La carta respuesta pasiva-agresiva pródiga en adjetivos de la escritora Beatriz Gutiérrez Müller para precisar que ella y su hijo Jesús Ernesto López Gutiérrez no viven en Madrid, España, como adelantó al diario ibérico ABC, provoca algunos traspiés en la oratoria militante de, por ejemplo, la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde.

La jefa del partido oficial articuló en defensa de la compañera del expresidente López Obrador que ella era libre, una mujer de primera. Y que podía vivir acá, allá o acullá sin que a nadie moleste, sin contradicción o pecado 4T alguno.

Veamos: Gutiérrez Müller es libre y tan de primera, como cabría imaginar en la lógica 4T y en toda razón humana, como el resto de las mujeres del mundo. La relevancia de un avance informativo que señala trámites oficiales por parte de Doña Beatriz para ella y para el hijo que tiene con AMLO, deviene de su postura pública externada desde conferencias presidenciales en Palacio Nacional cuando ahí habitaba.

La historia, la suya, es breve. Ella habló y operó con libertad y con poder para que el gobierno de su esposo exigiera disculpas públicas a la Corona española por la Conquista. Ante tal posicionamiento, por demás válido y respetable, es que es noticia un trámite que por lo regular sucede cuando alguien pretende pasar parte de su vida allá.

Que ella como tantos otros prominentes mexicanos elija o no mudarse a España no debería significar más, excepto cuando, como ella, ha asumido posturas que, por lo menos, lucirían contradictorias si al final del cuento acaba residiendo allá.

Más relevante que las expresiones de Gutiérrez Müller en su sarcástica epístola, es el texto de su posteo en la red social —benditas redes— X antes Twitter.

En nado sincronizado con el publicista de AMLO, Epigmenio Ibarra, que pregunta en esa misma red, ¿cuándo comunicadores estelares de la prensa mexicana se disculparán con la familia expresidencial? Doña Beatriz adivina el futuro, sabe que nunca, pero advierte seriamente que para eso —supongo que entre otras cosas—viene ya la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación —y de la 4T que asumen como equivalente—, para impartir justicia ante demandas en contra de quienes con notas y opiniones tanto —o tan poco— los han incordiado.

Justicia nueva para que, como en Puebla o Campeche, quienes detenten el poder democrático no sean acosados, fiscalizados o molestados en sus posiciones por periodistas o creadores de contenidos, chafas o rigurosos, mal intencionados y bien informados.

La mención sobre el nuevo Poder Judicial renovado para que ahora sí se haga justicia en el contexto de las revelaciones o señalamientos, respecto inconsistencias históricas y moralinas de ciertos personajes de la 4T que, sin menoscabo de sus derechos, deciden gozar de experiencias vitales reservadas a una minoría en este país, suena mal.

Presagio de tiempos complejos para el ejercicio del periodismo y de la opinión pública.

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