Atajador bajo los tres palos, cortador del peligro por el aire y motivador de la confianza colectiva en la defensa. Héroe del juego o villano por las pifias. La metáfora futbolera en la realidad fronteriza, donde la DEA busca imponer, por la presión del presidente Donald Trump, el ritmo del juego. Introduce esquemas de seguridad provocadores de discusiones y/o reveladores de prólogo de acuerdos que deben esperar mejor momento antes de ser conocidos. Esa dinámica contrasta con los esfuerzos internos por fortalecer capacidades, ya sea en la seguridad o la salud.
Sorprende el apoyo de un segmento de la prensa convencional crítica del Gobierno, súbitamente veneradora de la estrategia atribuida a la Presidenta Claudia Sheinbaum, la cual sería consistente con una supuestamente real, aunque aún no pública, cooperación con el gobierno del vecino del norte.
El Proyecto Portero, presentado por la agencia antidrogas de Estados Unidos como “operación insignia”, parte de un diagnóstico aparentemente indiscutible: los cárteles han profesionalizado su control de la frontera mediante guardianes de los corredores del contrabando. La frontera es asunto prioritario de Washington y a México se le impondría adaptación.

Nuevo Consejo Presidencial
Sheinbaum respondió: No existe acuerdo con la DEA. Cualquier cooperación se procesará únicamente bajo principios de soberanía, respeto territorial, confianza mutua y coordinación insubordinada. Entre 2008 y 2012, la Iniciativa Mérida entregó entrenamiento y equipo sin que México definiera en qué medida respondía a sus prioridades internas. El operativo Rápido y Furioso permitió el ingreso ilegal de armas con el argumento de rastrear a los cárteles, pero terminaron en manos criminales.
La tensión está en la seguridad. Para Estados Unidos, el énfasis es bloquear, contener, detener el flujo de drogas. Construye proyectos semejantes a porteros obsesionados con cuidar la línea de gol. México practica otras “atajadas” incluyentes de la prevención y provisión de bienes públicos.
En la CDMX, el despliegue masivo de cámaras de videovigilancia del programa Ojos que te Cuidan, presentado ayer por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, en el C5, se diseñó para responder a una exigencia ciudadana de seguridad. Cada uno de los 15 mil 200 nuevos tótems que representan 30 mil 400 cámaras son herramienta que inhibe delitos, facilita investigaciones y fortalece la percepción de seguridad.
Algo similar ocurre con el programa Rutas de la Salud, que moviliza la distribución para llevar medicamentos a más de ocho mil unidades del IMSS-Bienestar en 23 estados. Éste puede ser un campo tan vulnerable como la frontera misma.
La metáfora futbolera posibilita porteros de la medicina y seguridad.

