Por más que la actual administración hace esfuerzos por capotear lo que dejó la anterior, la realidad invariablemente termina en un común denominador: Todos los caminos llevan a AMLO.
El que fuera su secretario de Gobernación, el que fuera su secretario de Marina, el que despachara como su jefe de gabinete y hasta sus propios hijos. Todos están involucrados en escándalos mayúsculos.
La situación por la que atraviesa el actual gobierno es compleja. Porque ya no funciona tanto echarle la culpa al pasado inmediato o a Calderón, ni siquiera al PRI.
Ahora toca llegar hasta las últimas consecuencias y limpiar la podredumbre desde adentro. Caiga quien caiga y tope donde tope.
Sin duda el tema más mediático es la detención en Paraguay de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco en el gobierno de Adán Augusto López.
Después de una largo viaje hasta nuestro país —su traslado llevó casi 30 horas— el señalado de ser el líder de la organización criminal conocida como La Barredora llegó al penal del Altiplano en el Estado de México.
Apenas aterrizó y de inmediato se le giró una nueva orden de captura. Esta vez, el proceso penal en su contra se inició por los delitos de delincuencia organizada y secuestro.
Ante la detención, la Presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre si era correcto que Adán Augusto López, coordinador de los senadores de Morena, siguiera en el cargo a pesar de los lazos que lo unen a Bermúdez Requena.
Lo anterior, por la declaración del testigo colaborador de la FGR contra el líder de La Barredora de haber metido dinero para la campaña de Adán Augusto López cuando éste ganó la gubernatura del estado.
La Presidenta contestó que se tenían que presentar las pruebas necesarias, pero que hasta ahora no había nada.
Cabe recordar que al escándalo de Bermúdez Requena se suma también el de huachicol fiscal en la Marina y el de la Ley de Amparo para los ciudadanos que, dicho sea de paso, se metió en pleno festejo de las fiestas patrias, como si lo quisieran aprobar en fast track.
¿No verdad? Yo creo son mis nervios. Ellos no son así, ¿verdad? Jajajaja, son capaces de eso ¡y más!
Al final, la Presidenta fue muy enfática en defender de cualquier señalamiento a los hijos de su mentor político, Andy y Bobby López Beltrán, y dijo que no se les tenía que investigar “nomas porque lo pidieran los medios”.
En pocas palabras, querido lector, no hay poder humano que haga que se llame a rendir cuentas al único responsable de este desastre heredado.
El que engañó al grueso de los mexicanos, el que gobernó en tiempos en los que se pactó con los grupos delincuenciales, el que mintió, el que se burló de las masacres, el que aseguró que teníamos un sistema de salud como el de Dinamarca, el de la política de abrazos, etcétera, etcétera…
Andrés Manuel López Obrador.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… ¡regresarééé!