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Bolsonaro y Sarkozy, a juicio

Antonio Fernández. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Antonio Fernández. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: La Razón

En la historia de los presidentes casi nunca se ha dado el caso de que sean llevados a juicio, y cuando ha sucedido, las razones pueden ser muy poco claras. Por eso genera suspicacias que un mandatario sea llevado a juicio, como ahora sucede con los expresidentes Jair Bolsonaro y Nicolás Sarkozy, quienes han sido enjuiciados en sus respectivos países, Brasil y Francia.

El juicio de Bolsonaro (2019-2022), cuyo gobierno estuvo marcado por una polarización extrema, una retórica antisistema, muy al estilo Trump, basada en una política de escepticismo de las instituciones democráticas, que una vez que perdió la reelección en 2022 sus seguidores, supuestamente dirigidos por Bolsonaro, llevaron a cabo el asalto de las sedes de los tres poderes en Brasilia, el 8 de enero de 2023.

Derivado del asalto, así como la supuesta falsificación de certificados de vacunación contra el Covid-19 y la malversación de fondos, es que se realizaron investigaciones y se iniciaron diversos juicios en su contra; fue sentenciado el pasado 12 de septiembre por el Supremo Tribunal Federal de Brasil a 27 años y 3 meses de cárcel, al igual que siete de sus colaboradores, por los delitos de organización criminal; intento de abolir violentamente al Estado democrático de derecho; intento de golpe de Estado; daños calificados y amenaza grave y deterioro del patrimonio protegido.

La defensa de Bolsonaro lo ha presentado como una víctima y perseguido político, orquestado todo por el gobierno de Lula da Silva, y señala que acudirá a instancias internacionales, e incluso, Trump ha manifestado su apoyo a Bolsonaro, aplicando por ello aranceles a Brasil. No obstante, la sentencia parece firme, pues fue aprobada por cuatro de cinco magistrados, y con ello, imposibilita un recurso de revisión ante el pleno del Tribunal.

Por otra parte, tenemos el juicio al expresidente Nicolas Sarkozy, un hombre polémico y representante de la derecha francesa, que gobernó durante el periodo 2007-2012. Su salida de la presidencia estuvo marcada por una baja popularidad y una cascada de investigaciones judiciales.

Sarkozy ha enfrentado varios juicios, el primero fue en el caso llamado “Bygmalion” (gastos de campaña inflados), el cual salió a la luz dos años después de que perdiera las elecciones en 2012, y fue sentenciado a un año de cárcel, lo cual fue apelado y posteriormente anulado.

También fue llevado a juicio por haber recibido financiamiento para su campaña del año 2007 del presidente de Libia, Muamar Gadafi. La investigación inició en el 2013, dos años después de que Saif, hijo de Gadafi, lo acusara de haber recibido 50 millones de euros de su padre, además de que el empresario libanés Ziad Takieddine afirmara tener pruebas escritas de que la campaña fue financiada por Gadafi, y que incluso, ya siendo presidente, Sarkozy recibió más dinero.

Por todo lo anterior, el pasado 24 de septiembre, el Tribunal Penal de París lo condenó a cinco años de cárcel, situación que conmocionó a Francia, pues nunca había sucedido algo así. Por su parte, Sarkozy alega una persecución política en su contra por parte de la izquierda francesa.

Los juicios a los expresidentes son cada vez más recurrentes; sin embargo, siempre generan dudas respecto de la legalidad de las causas, sobre todo en países con sistemas judiciales poco transparentes e independientes del Poder Ejecutivo. En estos casos podemos confiar en el francés, pero no tanto en el brasileño, que anteriormente había enjuiciado al propio Lula.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón