BAJO SOSPECHA

“Queremos acercar al público al proceso y creación de cada obra”

Alejandro Grajeda propone romper con la idea de que el arte es algo elitista; apostamos por talento joven, lo importante es su compromiso y pasión creativa, dice Mariana Arriaga; buscamos que sea ese punto de encuentro, dice

Bibiana Belsasso. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bibiana Belsasso. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

En una ciudad tan vibrante como la Ciudad de México, donde hay una gran oferta cultural y cada colonia tiene su propio pulso creativo, surgen propuestas que buscan algo más que exhibir arte: construir comunidad y acercar a las nuevas generaciones a la creación artística de manera viva, directa y accesible.

Una de esas iniciativas es el Observatorio de Sentidos y Exploración del México Estético (OSEME), una galería–plataforma que debuta con su primera exposición en una casona de la colonia Juárez.

Sus fundadores, Alejandro Grajeda Ortega y Mariana Arriaga Herrera, ambos internacionalistas, apasionados por el arte, apuestan por un modelo distinto: crear espacios itinerantes donde los artistas emergentes mexicanos puedan dialogar con el público sin barreras.

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OSEME propone pop-ups, que son exposiciones temporales en lugares no tradicionales, que viajarán por toda la república con una curaduría dinámica, obras accesibles y un espíritu colaborativo. En entrevista con La Razón, Mariana y Alejandro explican el origen del proyecto, la necesidad de democratizar los espacios culturales y cómo OSEME busca impulsar a artistas, formar nuevos coleccionistas y mantener viva la conversación estética.

Bibiana Belsasso (BB): ¿Qué es OSEME?

Alejandro Grajeda (AG): OSEME nació como una galería itinerante, una especie de laboratorio de arte contemporáneo. Queremos montar exposiciones pop-ups en distintos espacios de la Ciudad de México y, más adelante, en otros estados del país. Cada edición tendrá su propia identidad y curaduría, para que el público siempre encuentre algo nuevo.

BB: Mariana, ¿cómo surge la idea?

Mariana Arriaga (MA): Alejandro y yo nos conocimos estudiando Relaciones Internacionales. Ambos nos especializamos en el ámbito cultural y coincidimos en algo: había una carencia de espacios donde los artistas emergentes mexicanos pudieran exhibir su trabajo y conectar con nuevas audiencias. Notamos una distancia entre el público joven y el arte: muchos van a exposiciones, pero más para tomarse fotos que para conocer a los artistas.

BB: ¿Quieren tender ese puente?

 AG: Exactamente. Queremos que las nuevas generaciones se encuentren con los artistas y que éstos puedan explicar sus obras cara a cara. A veces, el arte se percibe como algo elitista o inaccesible, y nosotros buscamos romper esa barrera.

 MA: Sí, creemos que se ha construido una imagen muy lejana del artista: alguien inalcanzable o “etéreo”. Pero los artistas que nos rodean son personas comunes, con una sensibilidad extraordinaria. Queremos desmitificar esa figura y acercar al público a la creación real, al proceso, a la emoción detrás de cada obra.

BB: ¿Por qué eligieron el nombre de OSEME?

 AG: El nombre completo es Observatorio de Sentidos y Exploración del México Estético. Queríamos algo que reflejara tanto la observación como la exploración del arte mexicano. Es un nombre institucional, pero las siglas —OSEME— lo hace más ligero y cercano.

MA: Cada palabra tiene un significado importante. “Observatorio” habla de mirar con atención, de despertar los sentidos. “México Estético” representa el enfoque en artistas nacionales, en esa identidad visual que estamos construyendo como país.

BB: ¿Qué veremos en esta primera edición y quiénes participan?

 AG: Es una exposición colectiva con ocho artistas: Leonardo Guerra, Francisco Anaya, Fernanda Rivadeneira, Elisa Pinto, Gina García, Ana Rullán, Roberto Flores y Karen Rodríguez. Todos tienen propuestas muy distintas: pintura, escultura, dibujo, instalaciones e incluso tatuaje. La curaduría fue todo un reto: seleccionamos las obras y después fuimos tejiendo cuáles dialogaban entre sí y cómo se distribuirían en los espacios de la casona.

Alejandro Grajeda Ortega y Mariana Arriaga Herrera, junto a un cuadro de Fran Anaya.
Alejandro Grajeda Ortega y Mariana Arriaga Herrera, junto a un cuadro de Fran Anaya. ı Foto: Especial

BB: ¿Cómo seleccionan a los artistas?

 MA: Apostamos por talento joven con formación sólida, gente que vive y respira arte. Algunos vienen saliendo de La Esmeralda, la escuela más importante de arte en México, y otros ya tienen trayectoria en ferias como Salón Acme o Casa Wabi. Lo importante es su compromiso y pasión creativa, no sólo su experiencia.

 AG: También mezclamos artistas emergentes con otros más consolidados, para que aprendan unos de otros. Es un diálogo generacional que enriquece mucho el resultado.

BB: Ustedes están apostando a que las nuevas generaciones empiecen a hacer sus primeras colecciones de arte.

AG: Exacto. Queremos fomentar el coleccionismo joven. Es importante que los nuevos públicos entiendan que invertir en arte emergente no sólo es apoyar el talento, sino también apostar por el futuro.

 MA: Sí, y además tiene una conexión emocional. Los artistas de tu generación viven lo mismo que tú: los mismos contextos, las mismas preocupaciones. Eso crea una identificación inmediata.

BB: Y también puede ser una buena inversión… 

AG: Totalmente. No todo el mundo puede comprar un Toledo, pero sí puede empezar con una obra accesible de un artista joven que mañana puede estar exponiendo en el extranjero.

BB: ¿Qué papel juega la curaduría en un proyecto como éste?

 MA: Es central. La curaduría no es sólo seleccionar obras, sino construir un relato visual coherente. En OSEME también queremos crear comunidad, no artistas desechables. En cada edición habrá rotación de obra y nuevos creadores, pero mantendremos un vínculo continuo con quienes participen.

 AG: La idea es hacer cuatro ediciones al año, cada una con identidad propia, pero bajo un mismo espíritu de colaboración. La siguiente será durante la Art Week de febrero.

BB: Hemos hablado de jóvenes, pero ¿OSEME está pensado sólo para ellos?

 AG: Para nada. El arte no tiene edad. Queremos que todas las generaciones se acerquen: desde un señor de 70 años que disfruta recorrer exposiciones hasta un niño que nos visita con sus papás.

MA: Es muy interesante ver cómo cada generación interpreta una obra. El arte refleja su contexto social, político y emocional; por eso, ver cómo alguien mayor observa lo que crean los jóvenes genera un diálogo precioso entre épocas.

BB: La Ciudad de México está viviendo un auge artístico impresionante. ¿Qué significa para ustedes abrir esta galería aquí?

AG: Es un privilegio. La Ciudad de México es hoy uno de los centros culturales más activos del mundo. Tener una propuesta como OSEME aquí es participar en ese diálogo global, pero desde lo mexicano y emergente.

 MA: Creemos que estos eventos son vitales para el país. Fomentan la creatividad, impulsan a los jóvenes, generan turismo cultural y les dan voz a artistas que de otra forma no tendrían espacio.

BB: ¿Qué sigue para OSEME?

 AG: Seguir creciendo, llevar nuestras exposiciones a otras ciudades, fortalecer la comunidad de artistas y mantener viva la conversación entre el arte y el público.

MA: Y, sobre todo, seguir acercando el arte a la gente. Queremos que OSEME sea ese punto de encuentro donde el arte se sienta, se cuestione y se viva.

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OSEME inaugura su primera exposición esta semana en una casona de la colonia Juárez, con entrada libre. Una muestra de que, en la Ciudad de México, el arte no sólo se mira: se comparte, se conversa y se transforma.
OSEME inaugura su primera exposición esta semana en una casona de la colonia Juárez, con entrada libre. Una muestra de que, en la Ciudad de México, el arte no sólo se mira: se comparte, se conversa y se transforma. ı Foto: Especial
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