Francia está sumergida en una crisis política que se agravó tras la renuncia de su sexto primer ministro, Sébastien Lecornu, en tan solo 2 años.
Lecornu anunció su dimisión al presidente francés Emmanuel Macron solo horas después de haber designado un nuevo gabinete de gobierno, convirtiéndose en el primer ministro francés con el mandato más corto desde 1958.
Esta crisis de gobernabilidad tiene un momento clave, cuando Emmanuel Macron tomó la decisión de disolver la Asamblea y convocar a elecciones legislativas en julio de 2024, lo que dio pie a un parlamento sumamente fraccionado.

¿Noroña contra los provocadores?
A esta división parlamentaria se le suman una posible crisis económica ante la necesidad de un rescate del Fondo Monetario Internacional a la economía francesa, la desigualdad, las huelgas, el deterioro de los servicios públicos, la crisis migratoria, el decaimiento del sistema educativo, un momento complejo que expertos aseguran que es la peor crisis política del país galo.
La aceptación de Macron ha caído hasta un insípido 14 por ciento. Más de la mitad de la gente que lo apoyaba en el 2022 ha dejado de hacerlo y ya se planta con la marca más baja de la historia.
Según las últimas encuestas, entre el 60 y el 70 por ciento de los votantes quieren que Emmanuel Macron dimita.
El voto masivo contra la ultraderecha de Marianne Le Pen fue lo que mantuvo a flote el proyecto de Macron, pero con un parlamento fragmentado es imposible gobernar un país tan complejo como lo es Francia.
Sin la mayoría absoluta para legislar, la oposición lo mantiene bloqueado y las alianzas necesarias para gobernar no perduran, así sucedió con el nombramiento de Lecornu, su cuarto intento desde que decidió disolver la Asamblea, y se convirtió en el primer ministro con el mandato más corto.
Tras la dimisión de Sébastien Lecornu, la oposición liderada por la ultraderecha presiona e insiste en que el presidente de Francia tiene que enfrentar unas elecciones anticipadas ante la crisis política por la que atraviesa el país galo.
Los problemas económicos de los franceses incrementan el rechazo al gobierno de Macron: 650 mil franceses cayeron al umbral de la pobreza entre el 2023 y el 2024, en medio de una crisis económica latente en Francia.
La desigualdad es otro tema que enfurece a la sociedad francesa. La brecha entre ricos y pobres es más que evidente mientras que el 40 por ciento de la población vive con menos de 1700 euros al mes y más de 9 millones de personas lo hace con ingresos por debajo del umbral de la pobreza monetaria.
Ante este panorama la población más joven con edad para votar voltea a otras alternativas más extremistas que prometen un cambio a costa del odio hacia las minorías. Un discurso peligroso que sigue creciendo en Francia y en toda Europa en general.

