BAJO SOSPECHA

Una tregua que aún no es paz

Bibiana Belsasso. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Por fin hay un poco de luz en medio de la tragedia que se vive en Medio Oriente.

Hace unos días, el grupo terrorista Hamas liberó a los últimos 20 rehenes israelíes, que permanecían con vida y que Israel exigía fueran devueltos a casa. Se trata de civiles que el 7 de octubre de 2023 fueron privados de la libertad, luego del ataque e invasión realizada por Hamas en el sur de Israel.

El primer grupo liberado, integrado por siete jóvenes, fue entregado a la Cruz Roja, que de inmediato les practicó una revisión de rutina para después llevarlos con el Ejército israelí. Horas más tarde, los otros 13 rehenes también fueron puestos en libertad.

Todavía hay rehenes que fueron tomados ese terrible 7 de octubre, pero todo indica que han perdido la vida. Esos cuerpos son reclamados, pero no fueron entregados. 

De acuerdo con el gobierno de Benjamín Netanyahu, el grupo terrorista tenía en cautiverio a 43 israelíes, de los cuales, se estimaba que 23 ya no están con vida. 

Hamas se ha comprometido a dar información, pero aún no lo hace. Y es que es difícil negociar con grupos terroristas como el grupo islamista, que han tomado el territorio de Gaza y han afectado también enormemente a la población de Palestina.

Hace dos años, en ese ataque, calificado como terrorista por Israel, Hamas asesinó a mil 200 personas y secuestró a otras 250 que, a cuentagotas, fue liberando a cambio de obtener algunos beneficios.

Como parte de los acuerdos para la primera fase del Plan de Paz en Gaza y el resto de Medio Oriente, Israel también liberó el pasado 13 de octubre a mil 200 presos palestinos, de los cuales 250 cumplían cadena perpetua por distintos delitos y el resto había sido capturado durante estos dos años de conflicto.

El gobierno de Trump, junto a Egipto, Catar y Turquía, fue un mediador importante para apaciguar un conflicto que llevaba dos años, miles de muertos y de desplazados, y con más de dos intentos de buscar una solución pacífica. 

El presidente estadounidense viajó a Israel para presenciar la liberación de los rehenes. Fue muy bien recibido.

Después viajó a un resort de lujo en Sharm el Sheij, Egipto, donde se llevó a cabo la firma de la declaratoria de paz. A este evento asistieron 20 líderes mundiales, entre ellos, Egipto, Catar, Turquía, Francia, Reino Unido e Italia.

Un dato relevante fue la asistencia de Mahmoud Abbas, líder de la Autoridad Nacional Palestina, quien, a diferencia de Benjamín Netanyahu, que no fue, estrechó la mano de los asistentes a la declaratoria de paz.

Irán, un principal aliado de Hamas, tampoco asistió a la cumbre en Egipto, ya que la República Islámica se encuentra en uno de sus momentos más débiles desde su revolución de 1979. Los funcionarios iraníes calificaron el acuerdo de alto al fuego como una victoria para el grupo terrorista.

PRIMEROS PASOS

Milicianos armados de Hamas escoltan un autobús con prisioneros liberados que llegan a la Franja de Gaza, el lunes 13 de octubre. ı Foto: AP

La primera fase quedó lista la semana pasada, cuando se anunciaron los términos que incluyeron que las tropas israelíes se retiren de algunas partes de Gaza, permitiendo que cientos de miles de palestinos regresen a sus hogares desde áreas que se vieron obligados a evacuar. 

También se pactó la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, la cual también comenzó a desplegarse tras la liberación de los rehenes. Ésta se mantuvo fuera del territorio durante meses, lo que provocó hambruna en los miles de palestinos que quedaron en medio del conflicto entre Israel y Hamas.

Lo cierto es que éste sólo es un primer paso para tratar de que Medio Oriente se mantenga más tranquilo, pero llegar a tener paz absoluta en la región parece algo muy difícil de lograr.

Las negociaciones en este plan de paz siguen, y los líderes mundiales tendrán que abordar los temas del desarme de Hamas, la creación de un gobierno posguerra para Gaza y el alcance de la retirada de Israel del territorio. 

El plan de Trump también estipula que socios regionales e internacionales trabajen para desarrollar el núcleo de una nueva fuerza de seguridad palestina.

Lo grave aquí es que hay un grupo terrorista que llegó de manera legítima al poder en Gaza, y hoy ha prácticamente destruido todo el enclave. Pusieron sus centros de operaciones debajo de escuelas y hospitales para que, al ser atacados, las víctimas fueran inocentes, gente que ha perdido prácticamente todo. 

Hoy debe haber un objetivo principal, y es la reconstrucción de Gaza. El Banco Mundial y el plan de posguerra de Egipto estiman las necesidades de reconstrucción y recuperación en Gaza en 53 mil millones de dólares. En este punto, el gobierno de Egipto volvió a levantar la mano para albergar una futura conferencia, busca estar presente y evitar que uno de los planes de Trump resurja y tiene que ver con despoblar Gaza, es decir, sacar a todos los palestinos y convertir la zona en un resort.

Recordemos que Israel y Hamas, enemigos acérrimos que tienen poca confianza el uno en el otro y varias negociaciones fallidas detrás de ellos, mantuvieron negociaciones en Doha, la capital de Catar, a través de conversaciones indirectas, con Egipto y Catar como mediadores.

Israel se niega a reconocer a Palestina como un Estado y Donald Trump evitó abordar el tema, pero, el mes pasado, durante un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente estadounidense se refirió al impulso de la solución de dos Estados como una recompensa para Hamas.

El conflicto de Gaza no es sólo militar, sino profundamente político y humanitario. 

Pero, además, no es una confrontación nueva, lleva años, casi desde la fundación de Israel. 

Empezó con la partición de Palestina en 1947 y la posterior creación del Estado de Israel en 1948. Cientos de miles de palestinos fueron desplazados, muchos hacia Gaza, entonces bajo control egipcio. En 1967, tras la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó militarmente la Franja, iniciando un control que ha perdurado, con variaciones, hasta hoy.

En 2005, Israel se retiró formalmente de Gaza, pero mantuvo el control de su espacio aéreo, fronteras y mar. Un año después, el grupo terrorista Hamas ganó las elecciones palestinas, y en 2007 tomó el control total del territorio, desplazando a la Autoridad Nacional Palestina. Desde entonces, Israel y Egipto impusieron un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo, que ha restringido el acceso a bienes básicos, electricidad, medicinas y libertad de movimiento.

La población civil ha sido la más afectada. Miles de personas han perdido la vida, y otros miles, incluyendo niños y niñas, no tienen ni qué comer. 

Hay que festejar este primer paso para lograr pacificar toda esta región, pero todavía falta mucho para lograr una paz verdadera.

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