Informes de inteligencia, en poder de los gobiernos de México y Estados Unidos, advierten que el Pacífico Oriental, donde las fuerzas armadas estadounidenses han golpeado embarcaciones que supuestamente pertenecen a cárteles de la droga, se ha convertido en una zona de rutas marítimas donde los grupos criminales operan sin control el tráfico de drogas, mercancías, armas, personas y hasta oro.
Sabiendo que las acciones pudieran generar tensiones con países de América latina y El Caribe, el gobierno estadounidense, me confirman, estudió con detalle este escenario antes de lanzar en agosto de 2025 la Operación Pacific Viper, que hasta la semana pasada había conseguido asegurar más de 45 toneladas de cocaína, mermando operaciones de los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación y sus socios colombianos y venezolanos.
Y sí. Estados Unidos se ha tomado muy en serio esta fase de su guerra contra el narco pues como no puede llevar su despliegue armado a la masa continental ataca a los grupos criminales en los dos principales corredores marítimos, en aguas internacionales del Pacífico y El Caribe.

Cónclave para el regalo de Alito
Pacific Viper puede ser un manotazo de EU para que dejar claro a los países de América Latina y El Caribe la cero tolerancia de la administración del presidente Donald Trump al trafico de estupefacientes pero también un amago militar que camina de la mano de la presión arancelaria a fin de endurecer su presencia en la región. El tiempo lo dirá. Se trata de hegemonía.
Hasta el momento en este operativo han detenido a 86 personas y matado a por lo menos 14 en 36 interdicciones y con énfasis, en algunos reportes la Secretaría de Seguridad Nacional de Estados Unidos, ha señalado que las incursiones de Pacific Viper se dan “al sur de México”, siempre “al sur de México”, por ejemplo:
“El 11 de agosto, un Destacamento de Aplicación de la Ley de la Guardia Costera (LEDET) a bordo del destructor de misiles guiados USS Sampson de la Armada de los Estados Unidos interceptó una embarcación de narcotráfico al sur de México. Los presuntos narcotraficantes intentaron deshacerse de su cargamento y huir. El LEDET disparó contra el motor de la embarcación desde un helicóptero, dejándolo fuera de servicio. Dos presuntos narcotraficantes fueron detenidos junto con más de 590 kilos de cocaína”.
El Centro Internacional de Investigación y Análisis contra el Narcotráfico Marítimo, con sede en la Armada de Colombia —pero que tiene como socios al Departamento de Estado de EU, la OEA y la ONU, entre otros, y que fomenta la colaboración entre entidades militares y de seguridad marítima a nivel continental y mundial, incluido México— da cifras escalofriantes:
El 70% de tráfico mundial de cocaína proviene de Sudamérica y se transporta por mar y las dos principales rutas son por el Mar Caribe (para llevar la droga a Estados Unidos y Europa) y por el Pacífico (para llevarla a Estados Unidos vía México y Canadá, con escala en Centroamérica, de donde se diversifican a través de rutas aéreas).
Autoridades de países de la región han documentado el uso de lanchas rápidas, submarinos y contenedores, operaciones que se desarrollan principalmente en la noche y en aguas internacionales de ambos litorales.
Pero hay más. En materia de contrabando de textiles, electrónicos, combustible, agroquímicos, bebidas alcohólicas y medicamentos reporta, solo en los litorales de América, costos globales de 91 millones de dólares en 410 eventos; 90 eventos de pesca ilegal; 99 eventos de contrabando de más de un millar de armas, 124 mil municiones y 2 mil 604 unidades de material de guerra, del total 21 mil unidades iban a México.
Además, en la región se registraron 58 eventos de tráfico de personas en los que fueron rescatadas mil 674 personas; además de 112 eventos en los que se atacaron acciones de minería ilegal, se aseguraron 5 mil insumos sólidos de minería, 35 mil de insumos líquidos y 2 mil 026 de maquinaría. La cifra negra de este trasiego debe ser abismal.
Estados Unidos tiene la excusa perfecta para operar militarmente en la región de las Américas… el tiempo dirá si en realidad se trata de una acción enmarcada en la más agresiva política antidrogas jamás implementada por un gobierno estadounidense o simplemente un despliegue armado para reivindicar su hegemonía política, económica y militar en la región.
RADAR
ENOJO. Por más que en el gobierno de Veracruz se pretendan generar narrativas en las que Palacio Nacional apoya incondicionalmente a su gobernadora nacida en Zacatecas, Rocío Nahle, la verdad es que el enojo contra la mandataria con sueños para el 2030 es simplemente enorme.

