El clima geopolítico de los últimos años asemeja al de un parque de juegos en el que los abusadores han tomado el control y las víctimas terminan pagando los platos rotos y dando las gracias por no ser más golpeados y sólo perder la mitad de su lunch.
Así, EU y Rusia han redactado una propuesta de paz con Ucrania sin su participación ni la de sus aliados europeos. Un texto de 28 puntos dentro del cual Ucrania se comprometía a ceder territorio, reducir su ejército y renunciar a la alianza con la OTAN, al mismo tiempo que Europa pagaría parte de la reconstrucción y la otra parte se haría con fondos rusos, dándole a EU el 50% de los beneficios que se generaran de estos negocios y de los intereses generados por los préstamos internacionales. Y para rematar, la amenaza para Zelenski: tiene que aprobar el acuerdo antes del Día de acción de gracias.
Ante esta presión, Ucrania acudió a la Unión Europea y apeló a su apoyo para sentarse con EU y buscar modificar el acuerdo para no terminar con una paz con sabor a derrota. Sin embargo, el texto ruso-estadounidense será la base de la negociación, con lo cual el campo de acción es limitado para Zelenski. Si a esto sumamos los escándalos de corrupción en su gobierno y el desgaste de su población en estos 3 años de guerra, sus cartas parecen tan débiles que más bien es una misión de rescate para una caída con dignidad.

Ocurrencia mediática
El nuevo acuerdo de está orientando a lo más básico: la soberanía de Ucrania. Se buscará también que los activos rusos congelados en Europa sean entregados a Kiev para su reconstrucción a modo de préstamo sin intereses, aunque parece imposible que de alguna manera no se prevea una ganancia económica estadounidense en este punto. En cuanto a la OTAN, Ucrania insiste en que no se vete su pertenencia a futuro, aunque tendrá que ceder que no pueda dar acceso a elementos de la alianza a su territorio en tiempos de paz. Este punto, de ser aceptado por Putin, podría ser crucial para el fin de la guerra. Ucrania no podría ser un punto de acceso a Rusia por parte de la OTAN.
La UE queda en vilo en estas negociaciones. Al cerrarse la posibilidad del apoyo a Ucrania vía la OTAN, la UE teme que Zelenski se vea sin salidas y firme un acuerdo en el que Europa salga perdiendo económicamente y debilitada frente a la amenaza militar rusa y su dominio en la economía y el mercado de energía. Sin embargo, su peso en la mesa de negociaciones es nulo.
Zelenski buscará extender el plazo para la firma del acuerdo impuesto por Trump. Bajo la premisa de que más vale un mal acuerdo que una guerra, Ucrania rescatará lo indispensable para mantener su soberanía. Sin embargo, el invadido ha perdido la guerra y los poderosos se sentarán a la mesa a repartirse el botín.

