Durante dos días, Morelos es sede de un evento de clase mundial importado desde Japón. El Foro Ciencia y Tecnología en Sociedad 2025, InnovaFest Latam 2025. Primer encuentro entre creadores e inversionistas, bajo los auspicios de la Secretaría de Economía.
Seis mil asistentes, tres mil expositores, 80 fondos de inversión de 39 países, 300 escaparates mostrando desarrollos y proyectos de todo, desde un auto volador-dron tamaño jumbo con asiento para tripulante, hasta prótesis para cabeza fabricadas con impresoras 3D, todo en el Centro de Convenciones de Morelos.
La gobernadora anfitriona, Margarita González Saravia, quiere que este foro sea semilla de encuentros internacionales anuales, que Morelos sea la cuna de la innovación, punto de encuentro entre inversionistas de América Latina y Asia para impulsar la creación de colectivos mexicanos.

Acuerdo para levantar bloqueos
Si Guadalajara es sinónimo de la Feria Internacional del Libro más importante en Iberoamérica, si Guanajuato no es sin el Festival Internacional Cervantino, Morelos aspira a edificarse como manantial para la ciencia, la tecnología, el desarrollo y negocios, más allá de la caja habitual del conocimiento.
Para Marcelo Ebrard, secretario de Economía, operar esta franquicia nipona y traerla a México es una declaración de intención más allá del T-MEC. Expresa la convicción de que podemos dejar de ensamblar, maquilar o proveer insumos primarios, para crear más valor agregado, patentes, propiedad industrial, inversiones productivas y nodos de desarrollo.
A la inauguración del InnovaFest Latam 2025 asistieron el titular de Economía, la gobernadora, el secretario de Salud, el embajador de Japón en México, el director de la edición asiática, la subsecretaria de Relaciones Exteriores y la secretaria de Humanidades, Ciencias, Tecnología e Innovación, la doctora Rosaura Ruiz. Alto aquí.
La investigadora, candidata a rectora de la UNAM en más de una ocasión, fue la única de todos los oradores anteriores, en extraviar el rumbo de su mensaje. De manera sorprendente, la doctora Ruiz Gutiérrez presumió cómo la tradición originaria de América Latina repudió con dignidad todo resabio monárquico y conquistador.
La épica patriotera lopezobradorista no sale del antes Consejo Nacional, hoy Secretaría de Estado, y el mal recuerdo de su antecesora, María Elena Álvarez-Buylla, no.
Resulta que, frente a representantes de una Monarquía constitucional como Japón, se hizo cargo de mantener encendida —al menos para ella— la llama hiriente de ser conquistados. Aunque ya no lo seamos hace más de dos siglos. O más.
Rosaura Ruiz recuerda los peores tiempos priistas, funcionarios públicos de partido, no de gobierno.
Habló de la herencia maldita de priistas y panistas para explicar lo mucho que en siete años de 4T no se ha podido hacer.
Mencionó en esa tesitura lisonjera tan nuestra, a su jefa-líder y al líder-antecesor.
El cargo oficial no para trabajar por México y los mexicanos, está claro para ella que se trata de ensalzar la inequívoca transformación nacional patentada, cree, para un solo partido-movimiento-político. El oscurantismo progresista.

