LA UTORA

Cinco (+ uno) libros notables de 2025

Julia Santibáñez. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Va una probadita de títulos que me cambiaron la ruta. Quizá tengan algo para ti.

1. Alma Delia Murillo, Raíz que no desaparece,

Alfaguara

La depurada inteligencia de los árboles asimila las atrocidades contra desaparecidos en México y la indefensión de sus familias. En ese contexto, una escritora acompaña a Ada, quien busca a su hijo y en sueños recibe instrucciones sobre dónde hallar el cuerpo, mientras lidia con el dolor “que te hizo sentir que dejabas de ser humano para convertirte en un animal herido, reventado de memoria”. La novela cuestiona con prosa feroz, diáfana, a qué sabe la herida colectiva.

2. Myriam Moscona, Ansina, Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla

Escritos en judeoespañol, estos poemas revelan un estadio paralelo de nuestro idioma, uno que tomó otro derrotero en 1492, cuando España expulsó a los judíos. En la diáspora a Hungría o Bélgica llevaron consigo su habla y ésta se impregnó de nuevos giros. Moscona los recupera al plasmar en alta poesía asombros del tipo “el ojo kome mas ambre / ke la tripa”. Publicado en 2015, esta reedición es una exquisitez editorial.

3. J. A. González Sainz, La vida pequeña, Anagrama

“Que no sea yo quien sea siempre yo”. Además de la primera persona, con frecuencia dominanta, soy también “lo que me da la espalda o se me esquina, lo que me pone en solfa, en entredicho, lo que se me pierde o escapa, lo escindido, lo tapado u orillado”. A contramano del ensayo grandilocuente, este libro invita a pararse ante lo ordinario, para asistir “a lo que hay ahí cada vez en un ahora”. Es sencillo sólo en apariencia. Por dentro lleva granadas de luz.

4. Kim Manresa, El otro Nobel. Los escritores más reconocidos de la literatura contemporánea en su cotidianidad, Debate

Manresa, fotoperiodista, reúne las imágenes de treinta ganadores del Nobel literario, en contextos íntimos: platicando en la cocina (Svetlana Alexiévich), en el Metro (Kenzaburo Oé), en una cafetería (Annie Ernaux). El resultado son retratos imprevisibles, divertidos, a los que acompañan breves textos de cómo fue el contacto con favoritos como García Márquez, Szymborska, Handke y Kang.

5. Marta Sanz, Amarilla, La Bella Varsovia

“[…] mi melancolía es / un golpe de amarillo”, dice la voz poética. Ese color se traduce en metáfora de quien visita el acabamiento y la amenaza de la vejez o, bien, enfrenta un error en el programa genético del ser al que ama. Pero ése es también el tono del sol y de un limón que acompaña el raro disfrute de estar vivos. El humor negro completa la riqueza cromática de estos poemas, explorantes del abismo corporal con los ojos abiertos. La poesía de Sanz alcanza aquí un punto superlativo.

+1. Bernardine Evaristo, Girl, Woman, Other, Black Cat

Novela coral sobre mujeres negras y lesbianas, marginalizadas, feministas. La escritura de Evaristo es impecable, lo mismo que su humor. Alianza la tradujo al español.