Sarampión, más contagioso que el coronavirus

Sarampión, más contagioso que el coronavirus
Por:
  • bibiana_belsasso

Nunca como ahora el sistema de salud mexicano había estado tan a prueba. A la pandemia de coronavirus, que cada día tiene contagios, se une un brote de sarampión. Hay por lo menos 16 casos confirmados de sarampión en la capital del país; nueve adultos y siete niños. En estos casos los contagiados no tenían vacunas o las tenían incompletas.

Hace un par de días, funcionarios del Gobierno de la CDMX anunciaron que se había vacunado a todo el personal del Reclusorio Norte y a los presos —un total de ocho mil vacunas— porque se habían presentado casos sospechosos de sarampión en ese lugar.

Contagiarse de este virus es sumamente fácil si no se está vacunado, al respirar pequeñas gotas de saliva expulsadas por una persona enferma al hablar, toser o estornudar. El periodo de incubación usualmente dura entre cuatro y 12 días. Las personas infectadas pueden contagiar desde la aparición de los primeros síntomas hasta tres o cinco días después de la aparición del salpullido.

El sarampión era una enfermedad prácticamente erradicada en México.

En la década de los 50 en México, el sarampión se encontraba dentro de las principales causas de morbilidad y mortalidad; antes de 1972 el promedio de casos registrados era de alrededor de 35 mil cada año.

En 1989 y 1990, se presentó en todo el territorio nacional una epidemia vinculada a una pandemia mundial, con más de 100 mil casos y más de seis mil defunciones. Tan sólo en 1990 se registraron 68 mil 782 casos que representaron la quinta causa de mortalidad infantil. En 1995 se registró la última defunción por sarampión en el país.

En México, desde 1993, se estableció el compromiso de eliminar esta enfermedad en nuestro país. En 2003 se apoyó la meta de eliminación ampliada de sarampión, rubéola y el síndrome de rubéola congénita y así se realizaron campañas de vacunación intensísimas. Pero si esta enfermedad no se erradica en el mundo, podemos seguir teniendo casos de contagio en nuestro país, como los que hemos visto en los últimos días.

En México, no habíamos tenido ni un solo caso de esta enfermedad. En el mundo, durante 2019, se triplicaron los casos. En los primeros siete meses de ese año, se notificaron 364 mil 808 casos, tres veces más que en 2018, con 129 mil 239 casos. Los especialistas aseguran que muchos de estos casos no han sido reportados, así que se estima que el número de contagios fue de 6.7 millones de personas.

Se han tenido brotes importantes en Estados Unidos. A mediados del año pasado se rebasaron los 700 casos de sarampión; tan sólo en Nueva York hubo más de 400 contagios.

La mayoría de los contagios se dieron, como sucedió recientemente en la CDMX, en personas que no habían sido vacunadas.

Paradójicamente, ahora son los padres con mayor educación y con mayores recursos los mas inclinados a no vacunar a sus hijos. A eso hay que agregar que muchas personas que fueron vacunadas hacen más de cuatro décadas han ido perdiendo inmunidad. Según expertos de salud, se estima que una de cada 10 personas son susceptibles a infectarse.

Lo que sucede es que en los últimos años se ha venido dando la creencia de que las vacunas contra el sarampión pudieran llegar a ser dañinas. Muchos incluso atribuyeron el autismo de sus hijos a estas vacunas.

Se hicieron campañas publicitarias para que los padres no vacunaran a sus hijos.  La realidad es que enfermedades como el autismo no se detectan antes del año, que es cuando se debe aplicar la vacuna, y se le hechó la culpa a la vacuna.

[caption id="attachment_1123839" align="alignnone" width="696"] Ante el aumento de contagios,el lunes, la Secretaría de Salud local anunció que se liberaron 168 mil vacunas para niños y adultos.Foto: Cuartoscuro[/caption]

Un estudio de la Corporación Rand investigó los efectos secundarios de esta vacuna y se determinó que eran seguras.

La vacuna contra el sarampión en realidad es una de las más eficientes del mundo. La vacuna se replica al igual que el virus, incitando al sistema inmune para producir anticuerpos contra el virus.  Aunque ha habido casos en los que personas vacunadas pueden infectarse, la mayoría experimenta una reacción mínima ante el contagio.

Recordemos que en 2016 hubo un brote de esta enfermedad en Disneylandia de Anaheim, California. Durante ese brote fueron contagiadas más de 85 personas; entre ellas, una bebé mexicana de 22 meses.

México puede presumir de contar en el presente con uno de los mejores y más completos cuadros de vacunación a nivel continental; sin embargo, todavía hay personas que no están vacunadas o que no han renovado sus vacunas.

Según datos de la Secretaría de Salud, en 2018, el gobierno invertía por cada niño dos mil 608 pesos (109 dólares) en las 13 vacunas que conforman el cuadro básico; mientras que en 1973 apenas se destinaban 13 pesos (0.69 dólares) para las inmunizaciones, que eran seis.

Es por esto por lo que en México se han erradicado enfermedades como el tétanos neonatal desde 2010; la rubéola congénita desde 2008 y el sarampión endémico desde 2006.

Pero pese a su eficacia, habrá que hacer notar que el cuadro de vacunación de los mexicanos no se ha modificado y las enfermedades sí, estando como una prueba el reciente brote de sarampión, el cual ya alcanzaba los 16 casos al arranque de esta semana.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Secretaría de Salud, aseguran que los tres primeros casos registrados en México fueron “asociados a importación”, lo que significa que fueron contagiadas por un viajero, y regresamos al tema, que desde hace un par de años, ha crecido el movimiento “antivacunas” en el ámbito internacional.

En México hay que vacunar a todas las personas y además actualizar este cuadro tan importante, en momentos tan críticos como los de ahora.