Madrid golea en el clásico

TIEMPO DE COMPENSACIÓN

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El Real Madrid venció al Barcelona en la semifinal de la Copa del Rey, logrando contraatacar tras rezagarse considerablemente ante su eterno rival en la tabla general de la liga.

Los de Xavi demostraron una preocupante falta de estructura en todas las facetas del partido, con una salida de balón sin opciones, un abuso del juego directo y una zaga propensa al error y a la desorganización.

El Barcelona se había venido caracterizando como una escuadra agresiva, capaz de presionar desde la salida o tras pérdida con una brutal coordinación. No obstante, esta fue una demostración de lo contrario, con cada línea saltando por sí sola.

Los futbolistas culés no buscaban cubrir espaldas, cortar carriles de pases o coordinarse para saltar, simplemente trataban de ocasionar un robo por su propio pie, como de “cascarita”.

Esta carencia fue fácilmente explotada por la experiencia y calidad en el pie con la que cuentan los blancos en los carriles centrales, rápidamente fueron capaces de combinar por dentro para aproximarse al arco de Ter Stegen con ventaja.

En faceta ofensiva, el Barcelona recurrió a un inusual abuso del juego directo, con limitadas conexiones en el centro. Además, el ataque blaugrana dependía de una buena actuación de Raphinha, quien sufrió constantemente contra un gran Camavinga jugando de lateral izquierdo.

El francés, que habitualmente se desempeña como centrocampista, dejó una de los mejores partidos de su carrera. Su estilo de defender fue muy eficiente contra el extremo brasileño, quien no es realmente un veloz regateador, sino un pragmático lanzador, capaz de perfilarse y generar espacio para centrar con su precisa zurda.

No obstante, Camavinga no le permitía ni un segundo para pensar, mordiendo y entrando al momento que Raphinha recibía el balón, un método que podría no resultar contra un regateador más puro. Con este recurso fuera del panorama, los de Xavi fueron incapaces de encontrar una alternativa.

Con este resultado, la temporada del Barcelona llega a su fin desde un punto de vista competitivo, pues tienen la liga básicamente amarrada y se encuentran eliminados de las copas. Por lo tanto, tendrán el resto de la campaña para recomponer y construir de cara al comienzo del siguiente curso.