Antonio Fernández Fernández

La inteligencia artificial, las redes sociales y la protección de datos

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Fernández Fernández 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

“Las máquinas podrán hacer cualquier cosa que hagan las personas, porque las personas no son más que máquinas”

Marvin Minsky

La inteligencia artificial (IA) se ha desarrollado en los últimos años de gran manera, tanto que en la vida diaria no nos demos cuenta que somos sujetos de múltiples programas de IA, con ellos interactuamos en las redes sociales, realizamos nuestras compras, investigamos en Internet, y todo el tiempo estamos siendo analizados por estos programas para determinar nuestro comportamiento.

La IA es una forma en que las computadoras, por medio de algoritmos, analizan toda la información y resuelven una situación de forma automática, tomando decisiones sin la intervención del ser humano, haciendo una imitación artificial de la función del cerebro humano. Mientras que los algoritmos, aunque no hay una definición determinante, se entiende que en general son un conjunto de instrucciones, pasos a seguir, reglas, que en forma lógica conducen a un cierto resultado.

Mucho se habla sobre la IA en los medios de comunicación. En la televisión y el cine se han desarrollado grandes series y películas que nos señalan los riesgos en que puede caer el ser humano, incluso hasta llegar a ser dominado por las computadoras. En realidad no sabemos hasta dónde pueda ser un escenario probable, pero parece extremo; sin embargo, poco a poco nuestra toma de decisiones es analizada para manipular nuestros intereses.

El uso de la IA se va desarrollando en todos los ámbitos, incluido el de la justicia, de lo cual ya hablaremos en otra ocasión, pero uno de los problemas que se encuentra actualmente en discusión se refiere a que todas las redes sociales y buscadores de Internet tienen programas de inteligencia artificial para almacenar, mediante algoritmos, nuestros gustos, fobias, filias, obsesiones y todo lo relacionado a nuestra personalidad, creando un archivo de datos, para que de esta forma puedan guiar nuestras compras y la información que nos suministran.

Por lo anterior, diferentes organizaciones sociales, abogados, legisladores y jueces en los Estados Unidos consideran que es una violación a la vida privada de las personas, y que nadie les ha autorizado a estas redes sociales y buscadores que puedan tener un expediente de datos personalísimos de nosotros, que pueden utilizar y comercializar sin nuestro consentimiento.

También se discute el derecho de las personas para ser informadas de los algoritmos que manejan las redes sociales, para determinar su conducta y que se puedan conocer los alcances de la información que proporcionan, ya que no se puede determinar razonablemente si esa información le beneficia o perjudica al ciudadano, por ello, la IA debe manejarse bajo un parámetro de responsabilidad y de explicación.

No cabe duda que el desarrollo de la IA no se detendrá, y mientras que se pueda regular en las leyes su uso, nosotros como ciudadanos debemos aprender y estar concientes de que todo lo que hagamos en una computadora y/o en nuestros teléfonos inteligentes será información para ser utilizada en nuestro futuro, el cual es impredecible.