Antonio Michel Guardiola

Migración: la crisis que nadie quiere ver

ARISTAS

Antonio Michel Guardiola*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En Estados Unidos, la migración será un tema crucial en las elecciones de 2024. Lo mismo debería ocurrir en México; sin embargo, ninguna precandidatura ha siquiera abordado el tema al momento.

En agosto se rompió el récord, de los últimos 5 años, de detenciones de personas migrantes en la frontera entre México y EU, con casi 233 mil, sumando más de 2.2 millones en 12 meses. Al considerar que la mayoría de estos individuos ingresan por nuestra frontera sur y permanecen en nuestro territorio, es imprescindible que quien tome la silla presidencial el próximo año abandere esta causa.

Una serie de acontecimientos ha puesto de relieve la crisis migratoria que enfrenta México: Ferromex anunció la suspensión de 60 trenes de carga a fin de desincentivar los flujos migratorios; algunos refugios han cerrado o han sido desalojados; en estos días un grupo de 2 mil migrantes traspasó las instalaciones de las oficinas de la Comar en Tapachula; la misma Comar romperá el récord, estimando una cifra superior a las 140 mil solicitudes de refugio; la saturación en ambas fronteras ha orillado a México a desplegar más de 34 mil elementos de seguridad para detener y eventualmente deportar a miles de personas.

México se encuentra en una situación sumamente complicada. La narrativa del gobierno en torno a la migración ha sido mucho más abierta y favorable a recibir personas de Centroamérica y otros lados. No obstante, en la práctica se han desplegado medidas mucho más agresivas y arbitrarias que en el pasado, como enviar a la Guardia Nacional, deportar sin el proceso administrativo correspondiente y no velar por sus Derechos Humanos, quienes son vulnerables a ser víctimas del crimen organizado o de las condiciones mundanas de la travesía. Tomando en cuenta que el número de detenciones reportado por el INM llega a 1.4 millones, hay un desfase de cientos de miles respecto de las cifras reportadas por EU, lo cual señala que podría haber cientos de miles de personas migrantes en territorio mexicano sin ser contabilizadas, en una situación mucho más vulnerable y precaria.

La crisis migratoria tiene otros puntos de ebullición. La carrera por la Casa Blanca da un peso mucho mayor a este tema, ya que su principal problema es de inmigración, la cual tiene efectos más duraderos en la población y en la base electoral. Ambos partidos prometerán maneras para presionar al vecino del sur. México, por otro lado, debe tener presente que no pensar en la migración es ignorar una serie de banderas rojas: tensión con nuestro principal socio comercial, más emigración de nuestros compatriotas, hacinamiento de personas migrantes, saturación en las ciudades fronterizas, violaciones de Derechos Humanos y más fuentes de recursos para el crimen organizado.

No se trata de cifras y cuantificar en dinero las repercusiones. La migración tiene un rostro humano, con las historias de las personas que se exponen a circunstancias críticas porque es la única manera de huir de situaciones aún peores. Quien aspire a la presidencia debe entender que esa cara de la migración se asoma desde afuera y su reflejo se hace más latente en el suelo del país que pretende gobernar.