Arturo Damm Arnal

Inversión y consumo (2/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Empiezo analizando la inversión directa, recurriendo al Indicador Mensual de la Inversión Fija Bruta del INEGI.

En abril, en términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, la inversión fija bruta en instalaciones, maquinaria y equipo, parte esencial de la inversión directa, que produce bienes y servicios, crea empleos y genera ingresos, creció 1.9 por ciento. En mayo decreció 1.2 por ciento.

En abril, en términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, la inversión fija bruta creció 8.4 por ciento. En mayo creció menos, 5.5 por ciento.

En mayo el nivel de la inversión fija bruta fue similar al que alcanzamos en noviembre de 2013 y resultó 11.99 por ciento menor que el máximo histórico de julio de 2018.

Continúo con el análisis del consumo, recurriendo al Indicador Mensual del Consumo Interno Privado en el Mercado Interno del INEGI.

En abril, en términos mensuales, la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, buen indicador del consumo, creció 0.7 por ciento. En mayo decreció 0.4 por ciento.

En abril, en términos anuales, la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, creció 8.0 por ciento. En mayo creció menos, 6.3 por ciento.

Hay que tener en cuenta que la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, en febrero pasado superó los niveles alcanzados antes de la recesión y estableció un máximo histórico, lo cual se repitió en marzo y abril pero no en mayo. Además hay que aclarar que, el que se haya logrado un máximo histórico en la compra de bienes y servicios, no quiere decir que las familias cuenten con todos los satisfactores necesarios para satisfacer correctamente sus necesidades. Lo que quiere decir es que nunca antes se había comprado tanto, lo cual no quiere decir que se haya comprado lo suficiente. Para lograr esto último todavía falta y depende de las inversiones directas, de la producción, de la creación de empleos, de la generación de ingresos, inversiones directas cuyo nivel en mayo fue similar al de noviembre de 2013.

De toda la información analizada la más preocupante es la relacionada con la inversión fija bruta, sobre todo el decrecimiento del 1.2 por ciento en mayo comparado con el crecimiento del 1.9 en abril, en un mes, mayo, en el cual la confianza de los empresarios para invertir directamente en México, según el Indicador de Confianza Empresarial del INEGI, alcanzó su nivel más alto (que resultó muy bajo) para 2022, 36.5 puntos en escala de 0 a 100 (0 total desconfianza, 100 confianza total). En junio bajó a 35.1 y en julio a 33.5, lo cual, probablemente, se traducirá en malos resultados en materia de inversión fija bruta en junio y julio, con las consecuencias sobre la producción de bienes y servicios, la creación de empleos, la generación de ingresos, el bienestar de las personas, mismo que se ve afectado, adicionalmente, por la inflación que, en la primera quincena de julio, alcanzó, en términos anuales, 8.16 por ciento, la mayor en lo que va del siglo XXI y 5.16 puntos porcentuales por arriba de la meta puntual de inflación que es tres por ciento.

La economía mexicana está “perdiendo vuelo” antes de haber alcanzado, después de la recesión, “la altitud de crucero”.