Arturo Vieyra

Astringencia monetaria incrementa riesgos de recesión

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Vale la pena insistir en que la inflación es un fenómeno global, las altas tasas de crecimiento anual de los precios al consumidor son alarmantes: en abril Estados Unidos 8.3%, Zona Euro 7.5% y México 7.7% por tomar algunos ejemplos relevantes. Inflaciones no vistas en décadas imponen fuertes condicionamientos a la política monetaria de las principales zonas del mundo para endurecerse lo antes posible, es decir, a través de agresivos incrementos en las tasas de interés.

La consecuencia directa de la mayor restricción monetaria es la reducción de la actividad económica en la medida que las mayores tasas de interés inhiben el acceso al crédito al consumo y a la inversión. Este sentimiento se ha dejado sentir en los mercados financieros. Las bolsas en Estados Unidos han estado sujetas a una fuerte incertidumbre, generando pérdidas significativas (el S&P500 se contrajo 11.8% desde abril hasta el 16 de mayo).

La percepción de que la recesión en Estados Unidos es cercana (en el 2023) se ha exacerbado por el alza en la tasa de referencia, y por el hecho de que la Fed sea más agresiva en los meses siguientes con movimientos de medio punto porcentual en los meses siguientes. Algunos indicadores del sector inmobiliario en ese país están alentando los miedos, frente a un posible estancamiento de ese sector. La tasa hipotecaria se ha incrementado hasta 5.3% desde 2.7% en enero. Asimismo, la confianza en este mercado se ha contraído cuatro meses consecutivos. Si bien todavía se encuentra en expansión el mercado inmobiliario, si colapsa la probabilidad de que caiga toda la economía es enorme.

En paralelo, en México la última decisión de política monetaria dejó clara la perspectiva de continuidad en la política monetaria más astringente. Frente a los datos de inflación de abril, que corroboraron fuertes presiones por el lado de la inflación subyacente (7.2% en abril), Banxico de nueva cuenta sube la tasa de interés en medio punto porcentual, llevándola hasta 7.0%. Una decisión ampliamente anticipada y sin sorpresas.

Sin embargo, dos hechos llamaron la atención del reciente comunicado de Banxico. El banco central mexicano de nueva cuenta modificó al alza su pronóstico de inflación para el cuarto trimestre de este año a 6.4% desde 5.5%, cambio que parece nuevamente quedará por debajo de las expectativas (actualmente en 6.7% para diciembre). En segundo lugar, llama la atención que un miembro de la junta votó por 75 pb, lo que desde mi punto de vista pone de manifiesto la preocupación de orden mayor por la inflación al interior de la Junta de Gobierno.

Asimismo, llama la atención que el comunicado sólo hizo una referencia marginal al programa anunciado por el Gobierno federal (Pacic), lo cual puede ser una señal de que no prevén un impacto significativo del mismo. Expectativas propias anticipan que la tasa llegue al final del año a 8.50% desde el 7.0% actual, continuará la astringencia monetaria.

Nada sencillo se presenta el panorama, durante los últimos dos meses se ha venido anticipando el pico de la inflación que no ha sucedido, de continuar el ascenso en México, Banxico se verá obligado a seguir el camino de incremento de tasas de la Fed, lo cual acentúa los riesgos de recesión para el año siguiente a lo que hay que añadir el mayor costo financiero de la deuda pública que implican los mayores rendimientos.