Arturo Vieyra

¿Cuándo bajará Banxico la tasa de interés?

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Actualmente, la economía mexicana está en medio del camino hacia la estabilidad macroeconómica, con una baja sostenida de la inflación y un crecimiento económico resiliente. Frente a la ausencia de instrumentos fiscales, el alto nivel de la tasa de interés constituye un elemento primordial en la lucha contra la inflación. Empero, ello implica un alto costo financiero para el Gobierno, empresas y consumidores, que anhelan una pronta llegada del ciclo bajista por parte del Banco de México.

No obstante, como lo apunta la reciente minuta de la reunión de política monetaria del Banxico, parece que es demasiado pronto para pensar en recortes, por lo que sugiere que la tasa de interés permanecerá en su nivel actual (11.25%) por un “periodo prolongado”. Un análisis de los pros y contras para bajar la tasa, da como resultado al banco central esa conclusión. En consecuencia, vale la pena evaluar dicho balance.

Comenzando por los factores que podrían anticipar una pronta baja en los rendimientos está, en primer lugar, el hecho de que a tasa real ex ante (la tasa nominal menos las expectativas de inflación a 12 meses) está en niveles muy altos (alrededor de 6.7%) y en zona francamente restrictiva; e incluso, con un escenario propio, que implica 50 puntos base menos al final del año, la tasa real seguirá en terreno restrictivo y, prácticamente, en los mismos niveles que ahora.

En segundo lugar, está la clara tendencia descendente de la inflación que actualmente cayó hasta 5.1% en junio, además de que las expectativas de corto plazo se han ajustado paulatinamente a la baja. Asimismo, la fortaleza mostrada por el tipo de cambio es un elemento de vital importancia para frenar las presiones inflacionarias. Finalmente, hay que recordar que el Banxico se adelantó al ciclo alcista de la tasa de interés respecto a EU, así que un desacoplamiento no implicaría disrupciones importantes.

En contra de que se anticipe el ciclo bajista de la tasa, está, en primer lugar, el hecho de que buena parte de la menor inflación está asociada a los componentes más volátiles como son los bienes agropecuarios y los energéticos, en tanto que la inflación subyacente (un indicador más fiel de la tendencia de la inflación) sigue presentando altas tasas de crecimiento anual y resistencia a descender, principalmente, en los rubros de mercancías alimenticias y servicios (10.7% y 6.6%, respectivamente). Éste es, quizá, el principal factor que limita una posible baja de la tasa en el muy corto plazo.

Otro elemento que afecta la lucha contra la inflación es que bajar la tasa en México cuando sigue subiendo en Estados Unidos reduce el diferencial entre ambas promoviendo mayor presión sobre el tipo de cambio y, por tanto, sobre la inflación. Finalmente, de acuerdo con algunos indicadores de empleo y producción, el desempeño de la economía real ha sido, hasta ahora, resiliente a los aumentos de la tasa, lo que favorece una postura monetaria restrictiva.

En consecuencia, y teniendo siempre en cuenta que el mandato primordial del Banxico es lograr la estabilidad de precios, el balance se inclina claramente hacia la prudencia. Los riesgos actuales no son menores. Por lo tanto, estimo que el llamado “periodo prolongado” sugerido por el Banxico para mantener la tasa en su nivel actual se extenderá hasta noviembre, cuando iniciaría el ciclo de bajas, el consenso de analistas estima que esto será en diciembre.