Bibiana Belsasso

Conacyt: más ideología, menos ciencia

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) anunció la creación del Sistema Nacional de Posgrados (SNP), que sustituirá al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC).

Este cambio, de acuerdo con un comunicado emitido por el Consejo, “obedece a la necesidad de reorientar la formación e investigación en los programas de posgrado apoyados por el Conacyt hacia una mayor pertinencia social”.

Es decir, apoyarán a personas que estudien humanidades y no a científicos. Pero además, estas personas que hayan recibido becas no podrán trabajar para la industria privada.

La funcionaria María Elena Álvarez-Buylla asegura que, con el PNPC, “al igual que otras iniciativas emprendidas en el periodo neoliberal”, se priorizó la visión productivista y la competencia, y “se desvincularon los posgrados de las prioridades de investigación en humanidades, ciencias, tecnologías e innovación que necesita el país”.

A ello se suma que, de acuerdo con investigadores que buscan aplicar para una beca en 2022, la convocatoria da prioridad a servicios en medicina y humanitarias, descartando investigaciones científicas.

Con esta ideología ahora entendemos, por ejemplo, la millonaria beca que le fue otorgada a John Ackerman. Un artículo de Verónica Malo Guzmán, a principios de año, revela que, a través del Conacyt, el Gobierno federal pagó 5 millones 817 mil pesos al doctor Ackerman para, supuestamente, realizar algunos estudios.

Algunos de los trabajos que realizó Ackerman, esposo de Irma Eréndira Sandoval, ahora extitular de la SFP, se titulan: “Democracia, culturas políticas y redes socio-digitales en una era de transformación social”, y “Los usos políticos de la pandemia. Narrativas y desinformación en México”.

En este último, de acuerdo con Malo Guzmán, concluye que “en el marco de la disputa poselectoral en México... hubo grupos de interés políticos y económicos con el objetivo de desestabilizar la estrategia gubernamental” de combate a la pandemia, y que Hugo López-Gatell “fue blanco de ataques”, amén de una “narrativa opositora”.

Ackerman respondió en ese entonces; dijo que es responsable técnico del proyecto “Democracia, Culturas Políticas y Redes Socio-digitales en una era de Transformación Social”, que en 2020 recibió más de 5 millones de pesos y que “no recibió los recursos, sino la institución a la que se encuentra adscrito, en este caso, la Coordinación de Humanidades en la UNAM”.

La realidad es que miles de jóvenes en los últimos 40 años pudieron formarse gracias a las becas del Conacyt, que además no es un regalo, los estudiantes, una vez que empiezan a trabajar, regresan aportaciones al Conacyt para que otros jóvenes puedan estudiar y tener oportunidades. Una parte la aporta el Gobierno, que lo hacía a través de los extintos fideicomisos, y la otra la aportaban los estudiantes como un pago al préstamo.

Genera conflicto

En diversas ocasiones (como en noviembre pasado), afectados se han manifestado contra los recortes a las becas y apoyos, y actualmente se preparan más modificaciones que afectarán a investigadores.
En diversas ocasiones (como en noviembre pasado), afectados se han manifestado contra los recortes a las becas y apoyos, y actualmente se preparan más modificaciones que afectarán a investigadores.Foto: Cuartoscuro

De esta manera se pudo, durante años, subir el nivel de la educación y darles mejores oportunidades a jóvenes que, sin este apoyo, jamás hubieran ni soñado tener.

Cuando se habla de “primero los pobres”, son estos jóvenes que buscan la movilidad social y con mucho esfuerzo poder lograr un mejor futuro que el que tuvieron sus padres, a base de educación y trabajo.

Ese tipo de oportunidades, hoy, en México, son cada día más difíciles.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología tiene a la deriva a miles de investigadores y científicos que esperan una solución para continuar con sus becas.

A raíz del plan de austeridad implementado en esta administración federal, Conacyt anunció el recorte de las becas entregadas desde hace 40 años, a quienes se dedican a la investigación y la ciencia, para dar paso a un enfoque mucho más humanista y social.

Una de sus medidas perjudica a mil 600 estudiantes e investigadores tras las reformas al reglamento del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 20 de abril, mediante el cual estos científicos inscritos en varias universidades privadas del país, ya no pueden acceder a los fondos, apoyos o estímulos. Además, se abrió la posibilidad para que servidores públicos en funciones cobren al mismo tiempo, el sueldo como funcionario y como investigador.

El programa de becas está considerado en el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, y el Consejo Nacional de Ciencia es el encargado de coordinar, promover y financiar las principales políticas en la materia.

Ante esta situación, la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior, que incluye universidades como ITAM, Anáhuac, Tecnológico de Monterrey, Iberoamericana, De las Américas, Panamericana y La Salle, promovieron un amparo.

Y es que, si bien estas universidades tienen colegiaturas muy altas, también otorgan un porcentaje alto de becas para quien no puede pagar esas colegiaturas.

Estos mil 600 científicos e investigadores privados dejarán de recibir los apoyos a partir del próximo año, hablamos de personas que han contribuido al desarrollo de la tecnología en nuestro país.

Además de estos investigadores de universidades privadas en México, existen más de 40 mexicanos que permanecen sin una resolución sobre sus becas en el extranjero, las cuales fueron suspendidas por la emergencia del Covid-19. Se trata de integrantes del programa entre Conacyt y la Secretaría de Energía. Algunos llevan 14 meses esperando las resoluciones.

Esto, pese a que el plazo de respuesta es de 20 días hábiles, de acuerdo con el artículo 22 del reglamento de becas del Conacyt.

Las mismas universidades extranjeras han intentado dar una solución para que estos investigadores continúen un año más, pero el impedimento es la extensión de la visa, la cual debe ser tramitada ante autoridades migratorias mexicanas.

Y en un país en donde la ideología es más importante que la formación y la educación, cada vez será más difícil para los jóvenes tener oportunidades, que, reitero, muchos de estos investigadores y estudiantes regresan recursos al Conacyt para que otros estudiantes puedan también estudiar y trabajar en sus investigaciones.

Bien lo dijo el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama: “si la educación es cara, más cara es la ignorancia”.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.