Los desplazados de Ucrania y México

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Una niñita indígena de apenas tres años murió de desnutrición en Tlaxiaco, en la mixteca oaxaqueña, porque su familia había sido desplazada, expulsada de la comunidad donde vivían. Sin hogar, sin comida, sin escuela, desde octubre pasado que fueron corridos de su comunidad perdieron lo poco que tenían, trabajo y techo.

Huyen por violencia

Alrededor de 60 familias de Sarabia, Zacatecas, fueron acompañadas por el Ejército y la Guardia Nacional para rescatar algunas pertenencias, el pasado 8 de marzo.
Alrededor de 60 familias de Sarabia, Zacatecas, fueron acompañadas por el Ejército y la Guardia Nacional para rescatar algunas pertenencias, el pasado 8 de marzo.Foto: Cuartoscuro

La noticia pasó prácticamente desapercibida, escondida en las páginas interiores de algunos medios y la presentamos en Todo Personal. Cuando se ahonda en la información es brutal, al igual que la impunidad que se da ese drama.

La de esta niñita fue una de las cien familias que fueron expulsadas por sus adversarios del poblado de San Esteban Atatlahuaca. La expulsión ocurrió a fines de octubre del año pasado, sus viviendas incendiadas con todos sus bienes dentro y más de 11 personas están en situación de desaparecidas. Otras fueron torturados o asesinadas.

Hasta ahora no hay ningún responsable de los hechos y las autoridades no han hecho nada más que abrir un pequeño refugio en Tlaxiaco, ni siquiera han sido capaces de apoyar para que los niños reciban comida.

Estamos con el corazón roto al ver las imágenes de los desplazados por la guerra en Ucrania, familias que han tenido que dejar todo para salvar la vida. Esa nación está a poco más de 10 mil 700 kilómetros de México, pero aquí estamos viviendo una situación similar.

La diferencia es que los ucranianos están siendo desplazados y han tenido que abandonar sus hogares por la invasión rusa, y en México son los narcotraficantes y grupos criminales los que provocan la movilización de la gente y quitándoles todo lo que tienen, en casos hasta la vida de sus hijos.

En el caso de San Esteban, 100 viviendas fueron quemadas, actualmente 300 familias de esa zona viven en Tlaxiaco. Quienes decidieron regresar están en la iglesia de la localidad o en casa de familiares y vecinos, debido a que sus casas desaparecieron. La pequeña de tres años que murió, tuvo una infección estomacal y una severa desnutrición.

En México ningún niño debería de morir por desnutrición. Es imperdonable que las autoridades locales y federales no le den prioridad a que los pequeños se alimenten.

No sólo es Oaxaca donde la gente ha sido desplazada, en Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Tamaulipas, Chihuahua, Chiapas y Jalisco, entidades donde operan el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, La Familia Michoacana, Los Viagra, Los Beltrán Leyva, Guerreros Unidos y el Cártel del Noreste, de acuerdo con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos.

Sólo el año pasado se registraron 43 mil 300 desplazados, según un registro de la Comisión Mexicana de Defensa y Protección de los Derechos Humanos. Agosto fue el mes con más casos al contabilizar 10 mil 475.

Uno de estos desplazamientos inició hace tres años en Jerez, Zacatecas, donde pobladores fueron amenazados por el crimen organizado para que abandonaran el municipio, por lo que, en el éxodo, en el que pobladores que transportaban sus pertenencias como refrigeradores y ropa, fueron apoyados por militares y elementos de la Guardia Nacional.

Una situación similar se vive en Tierra Caliente, Michoacán, donde también los habitantes han decidido abandonar sus viviendas desde el año pasado. La alcaldesa de Tepalcatepec, Martha Laura Mendoza, señaló que, en los últimos meses, más de tres mil personas se vieron forzadas a irse debido a la violencia.

Otro estado donde la violencia ha generado desplazados es Chiapas, donde habitantes han dejado hogares, en gran medida, por el abandono de las autoridades.

Esta situación de tensión se da en medio de las disputas entre los Cárteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa por el control del estado, lo que ha provocado un incremento de la violencia, principalmente en las comunidades limítrofe con Guatemala.

Desafortunadamente, la pobreza en la frontera sur de nuestro país es aprovechada por el crimen organizado. Donde sus operaciones no se limitan al trasiego de drogas desde Centro y Sudamérica, sino al tráfico ilegal de armas y personas, debido a que Chiapas es una entidad por la que a diario transitan miles de migrantes, incluidas mujeres y menores de edad, los principales blancos de los grupos criminales.

De acuerdo con reportes, se tiene registro de la operación de 16 grupos armados, la mayoría se concentra en zonas serranas de Chiapas. Para asustar a la población y provocar su salida, los grupos criminales usan artefactos fabricados con pólvora y capacidad para hacer volar viviendas.

Algunos de los conflictos son tan añejos, pero permanecen y son utilizados para calentar la plaza, como lo que ocurrió en Venustiano Carranza, el cual se agudizó en abril del año pasado entre dos organizaciones sociales, la OCEZ-Casa del Pueblo y la Alianza de Comuneros Tsotsiles San Bartolomé de Los Llanos. Los primeros les exigen a los segundos desalojar 18 mil hectáreas de tierras que poseen desde hace 50 años.

Otros como el del EZLN que se levantó en armas en enero de 1994 no termina y se reaviva. Desde 2019 sumaron 11 zonas de resistencia a los 32 municipios autónomos y caracoles que están bajo su control. El mismo ejército zapatista afirma que esta expansión de su influencia en territorio chiapaneco empezó en octubre de 2016.

Hoy además de mantener diferencias con el gobierno estatal, los zapatistas buscan romper el cerco impuesto por el Gobierno federal, que tiene contemplado dos megaproyectos en territorio donde los zapatistas quieren tener el control, se trata del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y las obras del Tren Maya.

La violencia provoca el surgimiento de autodefensas que terminan siendo vinculadas también a los grupos criminales.

La situación de seguridad en México es crítica, mientras Ucrania es invadida por Rusia, aquí en México los más vulnerables, muchos de ellos indígenas, son invadidos y desplazados por grupos criminales.

Urge una estrategia para proteger a esa gente de la violencia, pero también apoyarlos para que puedan tener un trabajo que les ayude a subsisitr y darles de comer a sus familias sin ser extorsionados.