Bibiana Belsasso

Justicia en manos del jurado

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Después de tres años detenido en Estados Unidos, finalmente ha dado inicio el juicio en contra del exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna.

Los procesos judiciales en Estados Unidos son muy distintos a como se realizan en México.

Siempre las fiscalías estadounidenses esperan que los detenidos se declaren culpables para que el juicio sea más sencillo y se obtenga información, si los acusados se acogen al programa de testigos protegidos. A cambio, los inculpados reciben penas menores y mejores condiciones de reclusión.

En el juicio de Genaro García Luna, que se lleva a cabo en la Corte Federal de Brooklyn, él nunca se declaró culpable, así que se deben presentar las pruebas para comprobar las acusaciones, y será un jurado de 12, quienes determinen, después de escuchar a los más de 70 testigos, si es o no culpable. Hay, además, 6 jurados suplentes, por si alguno de los jurados se retirara.

Los jurados son seleccionados al azar de una lista con personas potenciales, compilados a partir de registros de votantes que viven en la zona donde se realiza el juicio. Estas personas no tienen experiencia en temas judiciales y deben ser convencidos de que el acusado es culpable o inocente.

Se les hacen muchas pruebas para saber si de alguna manera pueden tener conflictos de interés o están influenciados por los medios de comunicación, en este caso. Por eso, en casos como el juicio de El Chapo Guzmán, fue tan difícil elegir a los jurados.

Una vez que se aprueban, se tiene que verificar que los jurados, además, se puedan ausentar durante semanas de sus trabajos y obligaciones, para poder estar presentes en el juicio.

Tras la selección del jurado, comienzan los alegatos, es decir, las declaraciones iniciales, el fiscal hace el examen directo de su primer testigo, en el caso de García Luna fue Sergio Villarreal, El Grande, un narco que trabajaba bajo las órdenes de los Beltrán Leyva.

Este hombre no presentó pruebas y sólo con sus dichos, en este caso, la Fiscalía busca convencer al jurado de que dice la verdad. Como él, otros capos irán por la misma línea, sólo dichos, sin mostrar fotografías, documentos o videos que comprueben lo que dicen.

En otros casos se presentan pruebas que se muestran al jurado para fortalecer los testimonios de los testigos y tratar de convencerlos.

Los alegatos son el primer paso del fiscal para probar el caso, y puede durar desde unos minutos hasta varios días. Durante la evaluación directa, el fiscal puede presentar pruebas como un arma o algo de la escena del crimen.

Después, el abogado defensor tiene la oportunidad de interrogar o hacer preguntas al mismo testigo, si así lo ve conveniente.

El fiscal hace preguntas finales al testigo para aclarar cualquier testimonio confuso para el jurado.

En todo el juicio, los abogados podrán presentar objeciones, y el juez decide el resultado de ese recurso.

Los argumentos de cierre son la última oportunidad para que el fiscal y el abogado defensor hablen con el jurado y son los que permiten a ambos litigantes resumir los testimonios y la evidencia.

Inicia el proceso

El juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna (en imagen de archivo, de 2017), inició el lunes, en Nueva York
El juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna (en imagen de archivo, de 2017), inició el lunes, en Nueva YorkFoto: Cuartoscuro

Después llega lo que muchas veces hemos visto en las películas o series de televisión: la hora de un veredicto. Para ello, el jurado es aislado, nadie relacionado con el juicio puede contactar a los 12 civiles, ni los jueces ni los abogados.

En los juicios penales federales, el jurado debe llegar a una decisión unánime para condenar al acusado, luego notifican al juez, al fiscal, a los abogados defensores y al acusado en una audiencia pública.

Cuando no se logran poner de acuerdo los jurados, es cuando los juicios tardan mucho más tiempo.

En caso de ser encontrado culpable, el juez fija una nueva fecha para dar a conocer la sentencia, la cual incluye los años de prisión y la sanción económica.

En México, los juicios son muy distintos. En nuestro país no es un jurado quien dictamina, sino que la resolución la dicta un juez o una jueza, que no sólo deben ser expertos en la materia, sino que conocen cada uno de los casos que llevan, de lo contrario, sería un panel conformado por tres jueces.

La crítica al sistema de justicia estadounidense se hace cuando un jurado, que no son expertos en la materia, son los que dictaminan la culpabilidad o no de un detenido.

En México, con todo y que no es perfecto y que efectivamente se han dado casos de corrupción,  el procedimiento y la sentencia son responsabilidad de personas especializadas en materia penal.

En el proceso, el juez vigila y valora las pruebas, los alegatos periciales presentados por la Fiscalía y la defensa, el proceso puede tener vertientes y el acusado y la parte ofendida incluso pueden llegar a un acuerdo reparatorio.

Además, los juicios pueden consistir en una serie de audiencias, en tanto los juicios en Estados Unidos son un evento único que puede durar desde un día hasta varias semanas.

En cuanto a los abogados y el fiscal, éstos pueden presentar sus argumentos al tribunal por escrito y en Estados Unidos, el defensor y el fiscal pueden presentar mociones por escrito al tribunal, pero generalmente argumentan esas mociones en persona y siempre presentan argumentos en persona al jurado en su juicio.

Los testimonios en nuestro país se presentan al tribunal en forma de testimonios escritos o declaraciones, algo que no ocurre en la Unión Americana, debido a que son presentados en el estrado donde deben hacer un juramento para constatar que dicen la verdad.

Desde 2016, los juicios orales se implementaron en todo México y se pensaba que serían muy similares a los que se hacen en Estados Unidos, pero la realidad es que una de las grandes diferencias es que las figuras jurídicas son muy distintas.

En Estados Unidos los juicios pueden tardar años en dar inicio, pero una vez que empezaron y pasan un par de semanas se dicta sentencia. En México, la justicia, una vez empezado el juicio, puede tardar años.

Ningún sistema es perfecto, pero la manera de impartir justicia, en México y Estados Unidos, es muy distinta.