Bibiana Belsasso

“Todo el peso de la reforma de pensiones cae en los patrones”

MUY PERSONAL

Bibiana Belsasso
Bibiana Belsasso
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El Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó esta semana una profunda reforma al sistema de pensiones, que ha generado controversias, pero tiene un mérito indudable: acaba con las especulaciones de que se podrían estatizar las Afores y los fondos de pensiones.

Una reforma que, por lo que conocemos, apoyará en gran medida a los trabajadores. Sobre este tema, platicamos con Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), economista y conoce a fondo el sistema de pensiones.

VALERIA MOY (VM): No me atrevo a opinar con demasiado detalle hasta que veamos la letra chiquita, pero me parece que es una reforma que ve hacia adelante, hacia una mejor condición de los trabajadores al momento de su retiro. Cambiaron algunas cosas fundamentales: la primera es la aportación patronal; hoy en día en el sistema de pensiones, lo que conocemos como las Afores, el trabajador aporta 1.125 por ciento de su salario para su cuenta individualizada; después tenemos una aportación muy pequeña que hace el Gobierno, y la mayor parte de la aportación que va hacia nuestras cuentas individualizadas viene del patrón. Lo que se está proponiendo es que esa aportación del patrón se incremente en un lapso de ocho años del monto que hace ahorita, hasta alcanzar poco más del 13 por ciento. Es importante porque hoy en día la aportación patronal ronda 5.15 por ciento y se pretende que llegue un poco arriba del 13 para que, sumando lo del patrón, del trabajador y del Gobierno, la aportación total que se hace a la cuenta individualizada de cada trabajador sea de alrededor del 15 por ciento del salario, de tal forma que el trabajador, cuando llegue el momento de su retiro, tendrá acceso a más recursos, a una mejor pensión.

BIBIANA BELSASSO (BB): Está muy bien para el trabajador, pero la carga va directamente para el empleador.

VM: La carga va completamente al patrón. Tocas un punto importante. A mí eso es lo que no me gustó de la reforma. Por un lado, está bien que el patrón aporte más, me parece que ocho años es más que suficientemente amable para que el patrón pueda acomodarse; sin embargo, hay dos puntos importantes: por un lado, al pasarle toda esta carga del retiro al patrón se hace más cara la formalización y se puede profundizar esta diferencia entre lo formal y lo informal, y por otro, algo que a mí no me gusta es que se le deja toda la responsabilidad del retiro al patrón. Creo que parte importante de estos sistemas individualizados es que parte de la responsabilidad de nuestro retiro la tengamos los trabajadores; la aportación del trabajador, que hoy en día es de 1.125, se queda igualita, a mí sí me hubiera gustado ver un incremento también en la contribución del trabajador. Entiendo que no sea políticamente correcto, porque eso significaría que el trabajador recibe hoy menos a cambio de que su recurso se vaya a una cuenta de ahorros, y eso a lo mejor no era el momento de discutirlo, pero a mí sí me hubiera gustado algo un poquito más ambicioso, donde también el trabajador se hiciera un poco más responsable de su propio retiro.

La especialista Valeria Moy, en imagen de archivo.
La especialista Valeria Moy, en imagen de archivo.Foto: Especial

BB: Es importante que no se van a estatizar las Afores, que era algo que preocupaba.

VM: Ése es un punto muy positivo de este anuncio, que desactiva o, por lo menos, le quita importancia a esta discusión que estaba en el radar, donde se pretendía o, por lo menos, eso decían estas propuestas que estaban flotando en el ambiente, de estatizar los recursos para pensiones y crear una especie de gran Afore manejada por el Estado.

BB: ¿Por qué han cambiado las semanas de cotización de mil 250 a 750?

VM: Este punto es bien importante: hoy en día el mercado laboral informal es todo aquel que no cotiza la seguridad social. Imagínate un trabajador que está por honorarios y que trabaja muchos años y que muy probablemente no esté cotizando la seguridad social, entonces se considera en el mercado laboral informal. Imagínate que ese mismo trabajador había trabajado 10 años en el mercado formal en alguna empresa, y luego se hace trabajador por su cuenta; algo muy común en el mercado laboral mexicano es que a lo largo de la trayectoria laboral de todos fluctuamos entre el mercado formal y el informal y entonces acumular mil 250 semanas de cotización, que son aproximadamente 26 años, pues es muy difícil, y si no acumulas esas mil 250 semanas de cotización pues al final del día no alcanzas tu jubilación prácticamente nunca. Entonces, reconoce esta propuesta esa realidad de la gente que fluctúa entre uno y otro mercado a lo largo de su vida y le permite acceder a sus recursos aunque no haya cumplido las mil 250 semanas y reduce ese lapso a 750; es decir, pasamos de 25 años a 15 años en números redondos, me parece que es una cosa positiva en ese sentido. Sí me parece importante reconocer esa dualidad y también reconocer que la gente fluctúa en México en el mercado laboral y no tienes por qué no tener acceso a tus recursos si tú cotizaste durante muchos años. La edad de retiro no cambia, sigue siendo de 60 años, entonces, no es que en el momento que cumplas las 750 semanas ya puedes tener acceso a tu retiro, tienes que cumplir las 750 semanas y tener 60 años para tener acceso. Lo que no me gusta de esta reforma es precisamente eso, que hace más cara la formalidad y, de alguna manera, los incentivos a la informalidad se hacen más grandes y me parece que es justo algo que no queremos en el mercado laboral que tenemos en México.

Es una buena reforma que camina en un sentido positivo, que le da más recursos a los trabajadores una vez que se retiran, le permite tener acceso a sus recursos a mucha más gente de la que hoy en día lo tiene

BB: Pero se van a encarecer los empleos formales.

VM: Ése es el punto: hoy por hoy, antes de que esto pase, el costo de la formalidad ronda 47 por ciento del salario. Imagínate: un trabajador informal te recibe 100 pesos, si ese trabajador fuera formal, seguiría recibiendo 100 pesos, pero al patrón le costaría ese trabajador 147 pesos. Con esta propuesta este costo de la formalidad se iría incrementando con el tiempo, y ese costo de la formalidad pues es caro, y gracias a ese costo tan alto tenemos un mercado laboral donde 57 por ciento de la población ocupada está en el sector informal, es decir, no tiene registro al Seguro Social.

BB: ¿Qué te pareció la reforma?

VM: Me parece que es una buena reforma que camina en un sentido positivo, que le da más recursos a los trabajadores una vez que se retiran, le permite tener acceso a sus recursos a mucha más gente de la que hoy en día tiene acceso por esta diferencia de las semanas de cotización; hay un punto importante en la reforma que se va a pedir o negociar, todavía no queda claro en los detalles porque como no se ha presentado en forma, sino que únicamente se dieron los grandes rasgos, que se van a disminuir las comisiones que cobran las Afores, eso es una buena noticia. En todos esos ámbitos me parece que es un avance. Lo que no me parece un avance es que no tocan de raíz el complejo y complicado problema del mercado laboral dual que tenemos, un mercado formal caro que cotiza, oneroso para el patrón, y un mercado informal donde básicamente no hay ninguna regla que aplique.