Reescribir la historia

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La estatua de Cristóbal Colón en Paseo de la Reforma fue retirada el pasado 12 de octubre del 2020.

Genera polémica

La estatua de Cristóbal Colón (en imagen de archivo) antes de ser retirada de Paseo de la Reforma, en octubre de 2020.
La estatua de Cristóbal Colón (en imagen de archivo) antes de ser retirada de Paseo de la Reforma, en octubre de 2020.Foto: AP

En ese entonces, la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México informó que la escultura sería restaurada de forma profunda, con el fin de preservar el patrimonio cultural y artístico, que es parte del complejo escultórico.

Nos engañaron. Ahora nos dice la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Claudia Sheinbaum, que la escultura de una mujer olmeca sustituirá la figura de Cristóbal Colón, en la glorieta ubicada en Paseo de la Reforma.

Lo anunció durante la inauguración de la segunda etapa del Parque Cantera, en Coyoacán. la Jefa de Gobierno aprovechó la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena para hacer el anuncio.

“La reivindicación de la mujer indígena y lo que representa en nuestra historia, también es justicia social, es reconocimiento de los pueblos originarios y de lo que representan las mujeres. Es el mejor homenaje que podemos hacer a las mujeres de México, a las mujeres indígenas hoy en el Día Internacional de la Mujer Indígena”, dijo durante el evento.

La pregunta es: ¿a qué mujeres indígenas va a representar la imagen que sustituirá la escultura de Colón?

Porque cuando se lee a historiadores serios sabemos que el discurso que se está dando no fue así. Lo que se quiere hacer creer no está sustentado en hechos reales o históricos.

La conquista la logra Hernán Cortés con el apoyo de otros indígenas, como los tlaxcaltecas o los chontales, que estaban hartos de los mexicas, que eran gobernados por Moctezuma.

Los pueblos indígenas, desesperados de ser controlados por los mexicas, apoyan a Cortés en la conquista del imperio. Recordemos que los mexicas tomaban a los indígenas que no eran de ellos y les exigían tributos y los ofrecían en sacrificio. A algunas mujeres las vendían y las tenían de esclavas.

Si no hubieran estado inconformes no se hubieran aliado nunca a Hernán Cortés, quien unificó con éxito a los inconformes. Si queremos extrapolarnos a la actualidad, podríamos decir que Morena hizo lo mismo que Hernán Cortés, crear un movimiento muy fuerte y unir a los inconformes.

En este momento se quiere borrar que en realidad somos un pueblo mestizo, la fusión de españoles e indígenas. Estamos negando lo que somos, que es un mestizaje, un sincretismo cultural. La hija de Moctezuma se une a los españoles y tiene hijos del mestizaje.

Pero el discurso político de quitar a Colón y borrar a los españoles de nuestras vidas, como si se pudiera, no es un tema nuevo. En otros países de América Latina lo han hecho con la misma figura: en Caracas, Venezuela, sustituyeron la estatua de Colón por la de un héroe indígena del siglo XIV, Guaicaipuro, y en Buenos Aires, con Cristina Kirchner, se removió un monumento del genovés y se colocó otro dedicado a una lideresa de las guerras de la independencia.

Y es un discurso político que funciona en un sector de la población.

En lo que hasta hoy conocíamos como la Glorieta de Colón, quedará la figura de Tlalli, elaborada por el artista Pedro Reyes. Llegará el 12 de octubre en el marco de la celebración del Día de la Raza. Mientras que la vieja será colocada en el Parque América, ubicado en la colonia Polanco.

Sheinbaum dijo que recibió muchas cartas de mujeres indígenas de distintas naciones, pueblos y culturas. Señaló que éste será un “gran reconocimiento a los 500 años de resistencia a las mujeres indígenas de nuestro país; a ellas nos debemos, por ellas estamos, es la historia de nuestro país, de nuestra patria”.

Reitero: ¿a qué mujeres indígenas van a reivindicar? No a las que sufrieron represión por parte de los mexicas.

Tal parece que nadie ni nada que pertenezca al pasado tiene escapatoria. Al igual que el Gobierno federal, el de la Ciudad de México intenta interpretar la historia del modo que le acomode. Esto, más que una decisión de cultura, es una cuestión política. Hasta ahora, el desdén del Gobernó mexicano por los hechos históricos ocurridos durante la Conquista, han abierto aristas en la relación diplomática con España.

Recordemos que el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió una carta al rey Felipe VI de España y al papa Francisco para que pidieran disculpas y reconocieran los abusos perpetrados durante el periodo de la Conquista.

Como era de esperarse, el gobierno de España, mediante un comunicado, rechazó “con firmeza” la carta y señaló que, “la llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”.

Y es que vivimos en un constante afán de destruir el pasado. La estatua de Colón de la Ciudad de México tuvo un mejor destino a lo ocurrido en Estados Unidos, donde hay más de 200, varias han sido removidas, entre ellas la ubicada en el condado de Providence, Rhode Island, elaborada por Frédéric Auguste Bartholdi, el mismo autor de la Estatua de la Libertad.

La escultura instalada en el Capitolio, en 1844, que fue trasladada a una bodega en 1958 debido a la demanda de comunidades indígenas estadounidenses. Una más fue retirada en Hartford, Connecticut, en junio de 2020.

Mientras aquí en México, el monumento a Cristóbal Colón será llevado al Parque Américas, en Polanco, en la alcaldía Miguel Hidalgo.