DogMan, la película

LAS CLAVES

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La semana pasada recibí el mensaje de un amigo amante de la literatura, las artes plásticas, la música, el cine, la gastronomía, los viajes, el cultivo de la amistad y la familia: me recomendaba la película DogMan (Francia, 2023) del célebre director galo Luc Besson, realizador de varios filmes de culto, Nikita: la cara del peligro (1990), El quinto elemento (1997), Juana de Arco (1999), Lucy (2014) y Anna: El peligro tiene nombre (2019). Acepté la sugerencia y, sin pensarlo dos veces, me fui corriendo a la Cineteca Nacional a ver el referido filme.

Inicia la proyección con la cita: “Cuando un hombre tiene problemas, Dios les envía un perro”, del poeta francés Alphonse de Lamartine. Preámbulo de una crónica fílmica en que se develan los aterradores abusos a un infante (humillaciones del padre y del hermano, golpes, encierro en una jaula con perros...), que pretenden justificar los incidentes traumáticos y los colmos del protagonista, Douglas Munrow, interpretado de manera turbadora por el actor texano Caleb Landry Jones.  

De esos lúgubres episodios padecidos durante la niñez, Douglas emerge afectado psicológicamente después de recibir un disparo del padre que lo deja paralítico; pero, consigue establecer una alianza con los perros que serán sus cómplices en disímiles circunstancias. Vemos a una mesnada integrada por decenas de canes en complicidad incondicional con su dueño, quien traza un irremediable plan de venganza.

Discurso fílmico inscripto en extensas entrevistas entre Douglas y la psicóloga Evelin: flashbacks en que el protagonista se sincera y va rememorando el sinuoso pasado infantil, las motivaciones de los desfalcos y los ataques de la perrería. Asimismo, se van develando sus progresivas dificultades físicas y su deterioro emocional. Besson apela al uso del montaje paralelo en la estructuración de una fábula discordante y excesiva, la cual se abriga en un inconsistente sentido trágico cercano al sarcasmo y al humor negro. 

Estamos en presencia de una película exuberante e instigadora sustentada en inestabilidades dramáticas. La actuación de Caleb Landry —versátil intérprete de personajes extremos— parece responder a los gustos, deseos, delirios y caprichos del cineasta, que lo motivan a adentrarse en el alma de ese Douglas, que por momentos conmueve y también desilusiona.  

Perros amaestrados: los pasajes en que entran a residencias, sustraen joyas y escapan están enmarcadas en lo complaciente. Quizás las escenas en que aparece Douglas imitando a Marilyn Monroe y como integrante del grupo de actores trans de un cabaret transiten por la extravagancia seductora y el asombro. Singular el tributo a Edith Piaf en la vocalización de “Non, je ne regrette”. La banda de delincuentes latino roza la franja de lo caricaturesco. Los lugares comunes rondan constantemente los diálogos entre la psicóloga afroamericana y Douglas: él le dice que se ha abierto con ella porque coinciden en el dolor (¡?). El final se inserta en lo risible con esa metáfora de un mártir cristiano en busca de la redención. El punto medular de DogMan está en la actuación de Coleb Landry; pero, el Luc Besson de Nikita, El quinto elemento o Juana de Arco no

aparece por ningún lado. 

Portada DogMan
Portada DogManFoto: Especial

DogMan

  • Guion y dirección: Luc Besson
  • Reparto: Caleb Landry Jone, Jojo T. Gibbs
  • Género: Drama de acción
  • Diamond Films, Francia, 2023