Carlos Urdiales

Entre malo y peor…

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
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El Presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó que en el manejo del caudal del sistema del Río Grijalva se optó por desviar el agua al río Samaria desde una compuerta que hace 13 años no usaba Conagua, para evitar que la capital del estado se inundara más, lo que afectó a pueblos de Jalpa, Nacajuca y Centla.

Entre arrasar más en Villahermosa o mojar a los más pobres, optó por lo segundo. Entre malo y peor, escogió malo. Le dolió.

El drama de decenas de miles de paisanos del Presidente no es menos ni lo alivia la franqueza del mandatario. Lo que expone es la fragilidad de una narrativa que promete felicidad al triple para todos a base de austeridad, honestidad y lealtad ideológica.

Lo ocurrido en su tierra, donde el Covid-19 pasó de moda porque lo urgente es comer para sobrevivir, demuestra que gobernar demanda de más ciencia, pericia y menos propaganda.

López Obrador, como antes todos los presidentes, está sometido todos los días a discernir entre males mayores y peores, el discurso, hasta los chistes sobre que nada pasa y todo queda por ser mejor, superior moralmente hablando, no impide que los ríos se desborden ni desazolva cauces bloqueados por basura y corrupción heredada, más negligencia presente.

El “no me mojo para la foto” del Presidente López Obrador, desde las alturas, arrasa con la fe en la superchería; no se moja porque se enferma y eso no le serviría a nadie. Cierto. Entonces queda para el registro que el detente, la comida endémica y la honesta raza de bronce no blindan contra Covid-19 y otras catástrofes.

¿Mojados? Primero los pobres. Luego también los demás, que igual andan en cayuco navegando por Villahermosa. Hoy o mañana habrá decretazo que obligue a que la CFE considere la protección civil y no sólo la eficiencia energética durante la administración hídrica de la presa Peñitas.

Hay o habrá instrucción presidencial para que se draguen ríos y cauces que no se hizo antes ni ahora. Ojalá la sencillez del discurso se replique en la operación burocrática y, sobre todo, presupuestal, para que así de pronto se resuelvan para siempre las tragedias que se reiteran sin importar quién gobierna allá o acá.

La nueva vacuna

Exclusiva del doctor López-Gatell. Blindaje mediático para el actor político de la salud contra el daño de su imagen por más de un millón de casos acumulados (sin aplicar pruebas) y a punto de los cien mil muertos (sin considerar subregistro) por Covid-19, frontera psicológica que cruzaremos en días.

En su stand-up sanitario del viernes, López-Gatell advirtió que los medios publicarán esa cifra para vender más y golpear políticamente al proyecto que gobierna. Vacunado contra las críticas, el subsecretario avisa que todo reproche obedecerá a la adversidad ideológica y a la rapiña periodística que sólo busca vender. El chiste se cuenta solo.