Daniel Alonso

Corazones grises

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las primeras planas de los diarios deportivos y de circulación nacional del viernes 16 de junio de 2023 resumían en una o dos palabras lo ocurrido una noche antes: “Humillación”, “Vergüenza”; eran los ecos del 3-0 ante Estados Unidos, la peor noche del futbol mexicano desde 1988 cuando la FIFA dejó al futbol mexicano sin mundial por manejos turbios, oscuros y denigrantes para el deporte más popular de nuestro país. El sentimiento de desolación en el aficionado que ama su camiseta es atemporal.

Las escenas dantescas de aquel partido se siguen reproduciendo en la mente de todos. Un futbol sin la mínima gota de calidad, jugadores sin compromiso en el corazón, pero con mucha rabia en las piernas. Un cuerpo técnico sin la menor idea futbolística para frenar el baile monumental que el odiado rival nos imponía ante un estadio lleno de mexicanos. Una afición que explotó al ver como se quemaba el último lazo de identidad que significa ver a su selección en una tierra en donde es un invasor. Aquella noche, se perdió todo.

Ahora la Federación Mexicana de Futbol comienza la operación “Rómpase en caso de emergencia”. Ayer a través de Juan Carlos Rodríguez anunciaron el adiós de Diego Cocca junto con su cuerpo técnico y de paso, también echaron a Rodrigo Ares de Parga. Ya es imposible ocultar la crisis del futbol mexicano, todo mundo quedó retratado en Las Vegas y por ese motivo, no quieren poner en riesgo el gran negocio que significa lucrar con el sentimiento de los mexicanos que radican en Estados Unidos y los miles de millones que representa el Mundial 2026. Afortunadamente, muchos paisanos ya no acudieron al juego ante Panamá.

Sobre Diego Cocca lo que se puede decir va más allá de los resultados. El hecho de tomar las riendas de la Selección en el momento más caliente y complicado de los últimos tiempos puede verse como una decisión valiente o una decisión estúpida. El propio entrenador con el tiempo podrá reflexionar sobre ello. Es el menos culpable del huracán que se ha formado, pero tampoco puede rehuir de su dosis de responsabilidad. A Diego le faltó mucho análisis en el cálculo de riesgos de lo que podía significar caer eliminado ante Estados Unidos y pagó sus errores.

Cocca fue un extintor caducado. Era imposible que llegara al 2026; ya los directivos estaban listos desde que lo firmaron para echarlo a la primera. Evitaron caer en la trampa de las cláusulas millonarias de Gerardo Martino o Juan Carlos Osorio que también pudo ser despedido después del 7-0 ante Chile. Por eso era el cese que estaba más que presupuestado y sólo era ganar tiempo. Ahora la papa caliente la tendrá en sus manos Jaime Lozano; aunque se anunció como interino, no duden que los bribones de la Federación apuntan a un “Scaloni” mexicano; que pasó de ser un bomberazo en Argentina, a campeón del mundo. Finalmente, siempre copiamos lo malo de otros países.

No por nada en redes sociales los federativos hacen énfasis en el logro del Jimmy con la medalla olímpica. Una buena actuación en Copa Oro y listo, podrán tapar el sol con un dedo nuevamente. Podrán respirar y sacar la sonrisa del cinismo y decir que todo se arregló, mientras que debajo del vendaje, el futbol mexicano se sigue desangrando lentamente, dejando a su afición con el corazón gris y sin latir.