Daniel Alonso

Paradoja

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El futbol es considerado uno de los deportes de conjunto más sencillos en su comprensión. Se trata de patear un balón hasta introducirlo en la portería contraria; se puede golpear la pelota con todas las partes del cuerpo con excepción de las manos y brazos. Sólo los porteros pueden utilizar manos para proteger su marco. Es mucho más usual escuchar a alguien que no le entiende al futbol americano o al rugby por citar un par de ejemplos.

Pero existe una regla dentro del balompié que requiere la utilización de nuestro pensamiento abstracto a su máxima expresión y ésa es la del fuera de juego. ¿Cuántas veces no intentamos explicarle a nuestros amigos o amigas lo que es el fuera de juego utilizando el salero, cubiertos o cualquier elemento en una mesa? La regla número 11 sigue siendo a la fecha, casi incomprensible para muchos, incluso, para los mismos jugadores profesionales.

Apenas el fin de semana pasado, los hinchas al futbol reventaron las redes sociales por la jugada polémica que definió la final de la UEFA Nations League disputada entre España y Francia; el partido se encontraba empatado a un gol, cuando en el minuto 79, el atacante Kylian Mbappé, aprovechó un pase filtrado y ante la salida del portero español, Unai Simón, realizó una bicicleta y definió para el 2-1; dicho gol similar a los muchos que realizó el brasileño, Ronaldo Nazario.

Ese bello gol, sería el detonante de la polémica y las discusiones más bravas desde las guerras napoleónicas entre españoles y franceses, porque al momento del toque de su compañero Teo Hernández, el astro del PSG se encontraba en evidente fuera de juego, pero antes de recibir el balón, el defensa español desvía el esférico. Por cuestión de espacio, es imposible citar todas las fracciones de la International Board, pero nos centraremos en dos ideas que se plasman textualmente en el documento:

“Se sancionará a un jugador en fuera de juego si llega a participar en el juego de forma activa de una de las siguientes maneras: interfiriendo en el juego, al jugar o tocar un balón pasado o tocado por un compañero”. Según esta definición, Mbappé participó de manera activa por lo que debería sancionarse; pero la segunda premisa dicta lo siguiente: “Se considerará que un jugador no ha sacado ventaja del fuera de juego cuando reciba el balón de un adversario que de manera voluntaria ha jugado el balón, incluida la mano voluntaria, a menos que se trate de una salvada de un adversario”. Es en extracto en el cual se basan los que defienden que el gol francés fue válido.

Al parecer, existe una contradicción en la misma regla o bien, una redacción confusa. El propio Busquets comentó que el árbitro se avaló diciendo que García intenta jugar el balón y se borra el fuera de juego, pero en ningún momento el defensa juega de manera voluntaria el balón, más bien, intenta salvar o desviar la pelota y de acuerdo con el reglamento se trata de una “salvada” por lo que debería sancionarse el fuera de juego.

No cabe duda de que el fuera de juego sigue siendo lo más confuso del futbol y ni el VAR ha sido suficiente para minimizar las jugadas polémicas y si se realizarán modificaciones en pro del espectáculo, ojalá puedan ilustrarse antes del inicio de la temporada con jugadas reales y no con esquemas básicos con los que se ilustran las jugadas en el reglamento de la IFAB.