David E. León Romero

Cuidado con el fuego

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Hoy más que nunca, las acciones humanas amenazan nuestros bosques, en un contexto de sequía extrema que afecta a un gran porcentaje del territorio nacional. Con base en cifras de la Comisión Nacional Forestal, durante la primera semana del mes de marzo, se registraron 24 incendios forestales que afectaron en su conjunto 430 hectáreas caracterizadas en un 95 por ciento por arbustos y el 5 por ciento restante, por árboles. 

En lo que va del año, se han registrado 400 incendios forestales en 22 entidades de nuestro país, que han impactado más de 13 mil 400 hectáreas; si comparamos estas cifras con periodos anteriores, el arranque del 2024 ha sido el de menor impacto desde el año 2020. Las entidades federativas con mayor presencia de incendios forestales son México, Morelos, Veracruz, Tlaxcala, Durango y Chiapas.

Probablemente lo más preocupante de estas cifras, radique en las causas que han afectado nuestros activos naturales. El fuego en estos casos ha sido provocado principalmente por acciones intencionales, causas desconocidas, actividades agrícolas, actividades pecuarias y fogatas, sumando así la fuente del 80 por ciento de los eventos del año.

Todo lo anterior demuestra la gran importancia de la participación de la ciudadanía en la solución de los problemas, pero particularmente en la provocación de los problemas públicos. Nuestros bosques juegan un rol fundamental en la vida de nuestro país, siendo elementos que brindan extraordinarios servicios ambientales a la comunidad que se ven condicionados por el fuego.

Las condiciones del territorio nacional incrementan considerablemente el riesgo. El 70 por ciento de la superficie nacional sufre algún grado de sequía, lo que resulta una condición ideal para la generación de incendios forestales; son las zonas Noroeste, Pacífico Norte y Golfo Norte las más afectadas.

Mujeres y hombres de los 3 niveles de gobierno trabajan intensamente contra los incendios forestales, arriesgando su vida para combatir el fuego. Pocos son los fenómenos en los que la participación del ser humano juega un papel tan determinante en su provocación. Algunos por descuido, otros de manera intencional, mediante acciones susceptibles de prevención, provocan incendios que acaban con grandes extensiones de flora y fauna, poniendo en riesgo, además de los servicios ambientales, a las comunidades que viven cerca de los bosques.

Serán las medidas de prevención implementadas por la ciudadanía lo que permita disminuir el número de eventos durante la temporada. Castigar de manera ejemplar a todos aquellos que provoquen un evento, además de evitar fogatas, no tirar colillas de cigarro y extremar medidas de cuidado antes y durante las quemas que suelen acostumbrar nuestros agricultores, deben ser acciones prioritarias. Evitar incendios está en nuestras manos.

Los servicios ambientales que nuestros bosques nos otorgan resultan invaluables; fábricas de agua que además capturan los contaminantes que emitimos. La temporada de incendios será larga y deberemos fortalecer esfuerzos, para evitar provocar eventos y para combatir de manera eficiente aquellos que se presenten.