Mensaje poderoso bajo el agua

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Si a alguien le queda duda de la situación por la que atraviesa nuestro planeta a causa del cambio climático, valdría la pena ver el discurso del ministro de Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simón Kofe. En algunas ocasiones el cambio climático pareciera lejano, hasta imaginario, que pocas afectaciones provocan en nuestra vida; sin embargo, la realidad es otra y el funcionario de Tuvalu logró con su poderoso mensaje dejar claro que el cambio climático existe e impacta fuertemente a las comunidades, usualmente a las más desprotegidas.

Tuvalu es un país insular, ubicado en Oceanía, donde resulta mucho más evidente el efecto del cambio climático. Cuenta con una superficie de 26 kilómetros cuadrados, 24 kilómetros de línea de costa y alrededor de 12 mil habitantes.

Los hallazgos del cambio climático sobre la región latinoamericana son claros: 1. Un incremento muy importante en la temperatura, incluso por encima del ritmo promedio mundial. 2. Incremento de sequías, traducido en mayor número de días secos, que redundan en más incendios forestales que atentan de manera muy importante contra nuestros bosques y contra las familias que viven cerca de ellos. 3. Eventos hidrometeorológicos más intensos, como ciclones y lluvias. 4. La disminución en los volúmenes en los glaciares de la región continuará. 5. El incremento en el nivel del mar, que favorecerá las inundaciones en las zonas bajas.

Kofe se dirigió al mundo con relación a la conferencia de cambio climático COP26 que se desarrolla en Glasgow, en un atril, en una zona inundada de su isla, que hace un par de años permanecía seca, con las banderas protocolarias en el fondo y el nivel del mar cubriendo sus rodillas. Y, ¿dónde puede percibirse más el incremento del nivel del mar, que en una isla en el corazón del océano Pacífico? Un mensaje muy poderoso por las palabras emitidas, pero más, por la imagen del agua salada cubriendo parte del atril y de su cuerpo.

Las islas desaparecen, literalmente pareciera que se hunden en medio del océano. Como en toda tarea realmente relevante, en materia de cambio climático, el esfuerzo individual resulta relevante únicamente cuando se suma con el de los demás. En materia de cambio climático todos deben de participar, especialmente aquellos que provocan un mayor impacto a los ecosistemas con sus emisiones contaminantes.

Poco podrán hacer los pobladores de Tuvalu y sus autoridades para contrarrestar los efectos del cambio climático; la solución será responsabilidad del resto de las naciones. Lo que sucede en una parte del mundo repercute directamente en otro. A Tuvalu le resta adaptarse y modificar el diseño de sus comunidades para evitar en cierta medida los efectos, incluso reubicar a todos aquellos que sean más vulnerables. La falta de compromisos claros y acciones puntuales para cumplirlos provocará una crisis ambiental que redundará en una crisis social, donde miles de personas se verán obligadas a migrar, con todos los efectos que hoy ya estamos viviendo. Lo que vive Tuvalu, se vive en diferente medida en otros puntos del planeta y por ello, los acuerdos y acciones que se logren en la COP26 marcarán el rumbo del futuro de nuestro planeta.