Temporada de incendios: extremar precauciones

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En años pasados hemos sido testigos de enormes incendios forestales en diversos puntos del mundo que provocan devastación de los activos naturales, migración y en los casos más dolorosos, muerte. Los ejemplos abundan: Estados Unidos, Grecia y Rusia. Los eventos se han registrado incluso en zonas frías.

Algunos pronósticos aseguran que el 2022 será uno de los años más cálidos. Condiciones de sequía, vientos, ausencia de humedad y precipitaciones generan entornos perfectos para la aparición de incendios forestales. Si lo dictado por especialistas se cumple, el 2022 será el octavo año consecutivo en que la temperatura global se encuentra un grado por arriba de las registradas en la era preindustrial.

A la propagación del fuego sobre la vegetación de manera no programada se le llama incendio forestal. Las causas que los provocan son diversas, pero la constante en ellas es la actuación de los seres humanos; el catálogo incluye: accidentes, acciones intencionales, factores naturales y negligencias. La estadística es contundente: 9 de cada 10 incendios forestales son provocados por la actividad del hombre. El fuego ha sido utilizado por generaciones como una herramienta, principalmente en las comunidades rurales, donde un descuido pudiera provocar un evento, ya sea al realizar una quema controlada en una parcela o una fogata al participar de un día de campo; sin embargo, lo más preocupante radica en la provocación intencional de incendios forestales buscando acabar con la superficie vegetal para cambiar la vocación del terreno por actividades que permiten una mayor utilidad económica, como pudiera ser el cultivo de algunos frutos altamente redituables o el desarrollo habitacional.

Esto nos demuestra que si realmente trabajamos en la prevención, estaremos en posibilidades de disminuir drásticamente la cifra de eventos, protegiendo así la fauna, la flora y a las comunidades que viven cerca de ellos.

Por ello, es momento de extremar precauciones en todo el territorio nacional, pero especialmente en las zonas más vulnerables. Nuestra temporada de incendios inicia en el mes de enero y concluye en el mes de junio para las zonas norte, noreste, sur y sureste del territorio nacional; y de mayo a septiembre para el noroeste de México.

La temporada más dolorosa de la que se tenga registro en nuestro país en los últimos años es la del 2011, en la cual, casi un millón de hectáreas fueron afectadas a consecuencia de la existencia de más de 12 mil incendios forestales. Durante la temporada 2021, fueron 7 mil 337 eventos que afectaron poco más de 660 mil hectáreas de nuestros activos naturales.

Son muchas las instituciones del Estado, del sector privado y del sector social que participan del combate de incendios en nuestro país, realizando actividades realmente valiosas dignas del mayor reconocimiento; sin embargo, las labores en torno a los incendios deberán centrarse en la prevención, en lograr que no se generen, evitando así su impacto y el desgaste e inversión institucional que se requiere para atenderlos.