La dictadura de la corrección política

CINEBUTACA

Eduardo Marín Conde
Eduardo Marín CondeLa Razón de México
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La actual temporada de premios ha confirmado la imposición del sistema de cuotas por raza y género. Pasado mañana lunes se anuncian las nominaciones al Oscar. Hay medios especializados que se dedican de manera inmediata a contar cuántos actores de no blancos aparecen. Lo prioritario no es ya la calidad de los nominados sino el color de su piel. El tema es complejo y muy controvertido. Cualquier crítica a este sistema es satanizada.

Desde 2015, cuando todos los 20 nominados en las cuatro categorías de actuación fueron blancos, lo que provocó acusaciones de racismo, la Academia de Hollywood aplica estas cuotas de rigor.

Este año, al menos dos actores de raza negra tienen asegurado el triunfo: el fallecido Chadwick Boseman, por “La madre del blues”, en lo que será el segundo Oscar póstumo en actuación estelar tras el del inglés Peter Finch, por “Poder que mata”, en 1977. Su actuación como el trompetista de la banda de la cantante Ma Rainey es brillante. Arrasará con todos los premios de este año. Pero hay que preguntarse si hubiera ganado igual si no hubiera muerto y, si en cambio, hubiera podido ganar el británico Anthony Hopkins, por su aclamado papel en “El padre”. El otro seguro ganador es Daniel Kaluuya, por su sobresaliente papel como el líder de las Panteras Negras Fred Hampton en “Judas y el mesías negro”. Éste sí será un premio inobjetable.

Los BAFTA británicos también aplican cuotas (hay un comité específico para asegurarlo) y este año cuatro de las seis nominadas a Mejor Actriz son de raza negra por películas totalmente inesperadas; al menos una de ellas, la de Radha Blank, injustificado.

Ahora se exige también una forzada inclusión de mujeres en la categoría de dirección, no por mérito sino por género. Así, en 2017 se dio la forzada nominación de Greta Gerwig, por “Lady bird”, y de Jordan Peele (de raza negra), por “Huye!”, dejando fuera a cineastas que tenían más mérito, como Steven Spielberg o el italiano Luca Guadagnino.

Este año, la china Chloé Zhao, por la brillantísima “Nomadland”, será la segunda mujer en ganar este Oscar tras Kathryn Bigelow, por “Zona de miedo”. Zhao lo tendrá muy merecido. También será nominada la inglesa Emerald Fennell, por “Hermosa venganza”, y quizás Regina King, por “Una noche en Miami”, lo que me parecería excesivo, como pasó en los Globos de Oro. El objetivo es que no haya sólo hombres, independientemente de la calidad de sus obras.

Asimismo, ha sido exagerada la campaña contra la asociación de corresponsales extranjeros que otorgan los Globos de Oro, por no tener ningún miembro de raza negra, lo que obviamente no obedece a que sean racistas, sino al simple hecho que no abundan los medios extranjeros que envíen a Hollywood a un corresponsal de raza negra. ¿Cuál será la solución Invitar como “miembros asociados” a periodistas estadunidenses.

Son tiempos de la dictadura de la corrección política