Eduardo Nateras

El Tri: triste fin de una racha

CONTRAQUERENCIA

Eduardo Nateras*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Eduardo Nateras
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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A mediados de semana, la Selección Mexicana de Futbol quedó eliminada del Mundial de Catar 2022, en la fase de grupos del torneo, algo que no sucedía desde la edición de Argentina 1978 —sin considerar, claro está, los mundiales de España 1982 e Italia 1990, en los que el Tri ni siquiera consiguió participar.

Fue en la edición de 1990, la última vez en la que México no tuvo participación en un Mundial de futbol —en esa ocasión, por el veto de la FIFA, derivado del bochornoso caso de los cachirules durante la eliminatoria para el torneo. Desde entonces, México había tenido un paso equiparable al de unas cuantas potencias del ámbito futbolístico —al menos, en cuanto a participaciones se refiere—, a nivel de selecciones mayores.

Desde el Mundial de futbol de Estados Unidos 1994 —el primero en el que México volvió a participar luego de la interrupción de Italia 1990—, hasta el Mundial de Brasil 2014, únicamente tres selecciones de futbol habían participado de manera ininterrumpida en todos los mundiales comprendidos en ese periodo y, además, habían logrado clasificarse a la segunda ronda del certamen —también, de manera ininterrumpida—: Alemania, Brasil… y México.

Tras la conclusión de Mundial de Rusia 2018 y previo al inicio del actual torneo que se disputa en Catar, ya únicamente Brasil y México compartían esa honrosa estadística, pues en el Mundial de 2018, Alemania quedó eliminada en la primera ronda del certamen —curiosamente, a manos de México, entre otros—. Y tras los paupérrimos resultados de la selección mexicana en la primera ronda del actual certamen, disputado en tierras cataríes, ya solamente Brasil puede presumir de ese impresionante desempeño durante las últimas tres décadas.

Sin embargo, la diferencia de resultados entre estas naciones, desde el torneo de 1994 y hasta la conclusión del de 2018, sí es absolutamente contrastante. Durante este periodo de tiempo, Brasil ha sido campeón del mundo en dos ocasiones —1994 y 2002—, además de haber disputado la final de Francia 1998, en contra del anfitrión. Alemania, por su parte, fue campeona mundial en 2014 y subcampeona en 2002. Ello, sin contar, las veces en que han avanzado a las instancias de cuartos de final y semifinales, durante los torneos disputados en este periodo.

México, por el contrario, a pesar de contar con esa impresionante estadística en términos de participación en los últimos ocho mundiales, los resultados en términos de desempeño han dejado mucho que desear, pues una vez superada la fase de grupos, no ha encontrado el método para lograr transitar a, al menos, cuartos de final del torneo —el dichoso quinto partido, al que sólo ha accedido cuando ha fungido como anfitrión del torneo, tanto en 1970 como en 1986—.

Así, con la obsesión —más que con el objetivo— de alcanzar el quinto partido, la selección ni siquiera logró llegar al cuarto juego, con lo que concluyó con una impresionante —e improductiva— racha de participaciones en el certamen, además de haber dilapidado la ilusión de toda una nación de seguidores que, mundial tras mundial, les apoyan de manera incondicional.