“No es falta de cariño”

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Cómo lo lee en el encabezado de esta columna, “no es falta de cariño” y tampoco es “abandono” como se ha hecho creer en algunos espacios informativos, tampoco se trata de que se esté dando una ola de inconformidad al interior del gabinete presidencial.

Mucho, pero mucho menos, es que haya un encontronazo entre algunos grupos contra otros. Es simple, me explica una fuente cercanísima al Presidente Andrés Manuel López Obrador y quien estuvo durante la integración del gabinete y ha estado en el proceso de cambios en el mismo: se terminaron los compromisos y ahora se gobierna con gente del equipo. 

Aunque usted no lo crea —y los hechos así lo demuestran— AMLO llegó a Palacio con varios compromisos que tuvo que pagar con cargos “a la mitad del camino” y hay otros que durarán todo el sexenio. 

Olga Sánchez Cordero, Simón Levy, Irma Eréndira Sandoval, Germán Martínez, Carlos Urzúa, Margarita Ríos-Farjat, Blanca Jiménez, Javier Jiménez Espriú, y un largo etcétera. Más de 30 movimientos en total. 

Hay un antes y un después, dijo el propio Presidente hace unos días y el mensaje fue claro: seguirán los cambios en el equipo de trabajo. En el caso del último movimiento, me cuentan que el compromiso con Julio Scherer era hasta mitad del sexenio. 

En el caso de Olga Sánchez Cordero, ella misma ha comentado en charlas con periodistas, que el Ejecutivo federal le puso sobre la mesa la oportunidad de retirarse en este momento de la Secretaría de Gobernación ó prácticamente renovar el ciclo y seguir hasta el final del sexenio. Ella decidió por un lugar más cómodo, el Senado de la República. 

Ahora vendrán nuevos cambios, me aseguran fuentes cercanas al mandatario, más funcionarios de alto nivel que dejarán carteras importantes, sobre todo las que tienen que ver con proyectos de infraestructura, que, en la segunda mitad de la administración obradorista, se tendrán que dar, porque “hay que apretar el paso”.

Y así como algunas caras se irán, otras antiguas regresarán y algunas otras sorprenderán, de mí se acuerdan en este último punto. También habrá cambios relacionados con la sucesión presidencial de 2024, habrá quien vaya a reforzar el equipo de “la consentida” para acercarla más al presidente y que aparezca a su lado en cada vez más actos públicos. Eso sí, los tiempos y formas los maneja el Presidente.

En el baúl. Así como hay cambios en el gabinete presidencial, así los habrá en equipos de gobiernos locales. Esto se va a poner bueno. Cuestión de tiempo.