La crisis del agua y la crisis del agua embotellada

LAS BATALLAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El acceso a agua de calidad para consumo humano comienza a generar crisis en todo el territorio nacional. Autoridades de todos los orígenes –nos dicen en el equipo presidencial de Seguridad Nacional- han detectado en este tema un foco rojo que pudiera generar desde conflictos sociales hasta graves problemas de salud pública.

Es tan grave el problema que incluso organismos nacionales e internacionales han diagnosticado una crisis, principalmente, en la zona centro y norte del país derivada las grandes concentraciones poblacionales, la sobreexplotación de cuencas, la mala gestión en la distribución del líquido y las grandes sequías o inundaciones.

Pese a las inversiones públicas millonarias durante los últimos años en el sector –que por ejemplo durante el 2021 en la Ciudad de México ascendió a más de 775 millones de pesos-, el abasto de agua para consumo humano comienza a encender las alertas.

Datos del Banco Mundial, citados por el IMCO, refieren que México ya experimenta los efectos negativos de la falta de agua en el país pues la disponibilidad promedio anual per cápita pasó de 10 mil metros cúbicos en 1960 a 4 mil en 2012, y se estima que para 2030 esta disponibilidad descienda a 3 mil metros cúbicos por habitante al año.

Si bien las 13 regiones hidro-administrativas en que se divide el país reportan una cobertura del servicio de agua entubada de entre el 91.8% y 98.5%, el problema es el acceso insuficiente e inequitativo al líquido, además de que se trate de agua de calidad y no enferme a quienes la beben.

La Unidad de Estudios para la Finanzas Públicas del Congreso de la Ciudad de México señala que se requieren un promedio de 380 litros de agua por persona al día, pero el suministro es de sólo 150 litros, de ahí se entiende el desabasto de agua principalmente en el oriente de la capital del país.

La población que recibe el servicio diario de agua potable y saneamiento mejorado en la Ciudad de México, según el Inegi, es apenas del 70.3%, en el Estado de México es de 48.4%, Hidalgo 47.1% y Tlaxcala 41.8%, estas últimas cifras por debajo del promedio nacional del 58.8%.

Y en el marco de estas grandes cifras, el escenario nacional de acceso a agua potable tiene repercusiones en la sociedad. Datos de la UNAM apuntan a que cada año mueren en México 95 mil niños menores de 5 años por enfermedades gastrointestinales, en muchos casos adquiridas al tomar agua contaminada.

Es importante ver este escenario macro desde la cotidianidad de los mexicanos en las colonias, pueblos y barrios que van desde la compra de agua por pipas hasta la necesidad de comprar agua embotellada, que a medicados de la década pasada representaba un mercado de 11 mil millones de pesos por trimestre.

El tema ha evolucionado al grado de que una de las principales fuentes de agua potable para la sociedad son los pequeños negocios donde una familia puedes rellenar sus propios envases, pero ello también ha abierto riesgos a la salud.

Estudios de instituciones de educación superior, como el Instituto Politécnico Nacional, han coincidido que el agua que venden estos negocios no es la adecuada para consumo humano, pues alrededor del 70% de los envases que provienen de estos lugares tiene bacterias como E. Coli, que proviene de la materia fecal y produce diarrea.

En cuestión de calidad del agua, lo barato puede salir muy caro, el agua puede parecer transparente, pero su contaminación no siempre se ve a simple vista. Ante una enfermedad, la gente terminará gastando más en médicos y medicinas que en conseguir agua de mayor calidad que garantice un proceso correcto de purificación y que los hidrate correctamente.

¿Cómo reconocer agua de calidad? De entrada, debe decir en dónde se elabora o de dónde proviene el agua que están utilizando; si es agua de establecimientos pequeños, deben estar a la vista los estudios bacteriológicos con una antigüedad menor a 6 meses y debe de estar a la vista el certificado de Cofepris.

Ante el crecimiento de estos negocios, que quieren compensar la falta de agua potable, sería importante que las autoridades pusieran estándares de seguridad más estrictos que garanticen la venta de agua embotellada limpia y apta para le consumo humano… porque la crisis del agua se agudizará.

RADAR

Desde tierras campechanas nos dicen que la gobernadora Layda Sansores no sale de una, para entrar en otra, y por ello los morenistas en Campeche no tienen prisa en aprobar la Ley de Revocación de Mandato.

Esto lo recordó Rubén Moreira, líder del PRI en la Cámara de Diputados, y aventuró que quizá la demora provenga de que en la oficina de la gobernadora saben que saldría reprobada si se consulta a sus paisanos y dio un ejemplo de cómo andan las cosas:

Cuando Sansores era alcaldesa de Álvaro Obregón, la percepción de inseguridad se disparó al 74%, mientras que ahora ya anda en el 56% de acuerdo con datos del INEGI. En cambio, en Campeche el 66% de los habitantes tienen miedo, cuando en 2021 solo un 38% se sentía inseguro. Pobres campechanos.

EL CANDIDATO DEL PRD A LA CDMX 2024

Nos adelantan que Luis Espinosa Cházaro, líder de la bancada del PRD en la Cámara da Diputados, será la carta del partido del sol azteca para ir a la mesa de negociación con el PRI y el PAN para definir al candidato de Va por México a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

El próximo sábado, el legislador presentará su informe de labores, donde el perredismo de la capital del país mostrará músculo para darle todo su apoyo al legislador y con ello arrancar su camino hacia la sucesión 2024 en el bastión donde en el pasado su partido fue simplemente imbatible: la Ciudad de México.