Gabriel Morales Sod

Biden le pone fin a una guerra sin sentido

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La crítica al presidente Biden por la salida de Afganistán ha sido casi universal. Políticos, expertos y periodistas de casi todo el espectro político y los medios de comunicación, en particular la televisión estadounidense, han cuestionado y atacado la estrategia de salida del presidente sin cesar por más de una semana.

Biden cometió, sin duda, errores en el manejo de su estrategia de salida; el sistema de visas estadounidense no funcionó con la rapidez necesaria para sacar a más de 250,000 afganos que trabajaron con el ejército. Hay quienes argumentan que el ejército debió haber mantenido otras bases para evacuar gente. La inteligencia estadounidense no previó la rapidez con la que el Talibán tomaría la capital y quizá hubiera esperado más tiempo si el presidente no hubiera definido una fecha de salida exacta.

Sin embargo, de lo que pocos hablan es que, más allá de la estrategia de salida, no había una alternativa viable para terminar la ocupación. Desde hace más de 12 años, Barack Obama había entendido que Estados Unidos no lograría conquistar la “mente y los corazones” (nombre de la operación militar) de los afganos y transformar al país en una democracia. Sin embargo, ni Obama ni Trump, quien entró a la presidencia con la promesa de salir de Afganistán, tuvieron el valor de terminar la guerra. El martes, el editorial del Washington Post, resumiendo el fin de los 20 años de ocupación, decidió resaltar la trágica muerte de 13 soldados estadounidenses en el aeropuerto de Kabul hace unos días. Mucho se hablará sobre los acontecimientos en el aeropuerto, pero en los 13 años que pasaron desde la victoria de Obama, miles de civiles afganos y cientos de soldados estadounidenses murieron en una guerra sin sentido. Fueron años de violencia, atentados terroristas sin cesar y una guerra civil entre el Talibán y el ejército afgano alrededor del país.

Estados Unidos sacó de Afganistán a 120,000 soldados y civiles en menos de 10 días. Muchos miles más quedaron atrás, víctimas de la ineficiencia del sistema migratorio estadounidense. La alternativa, sin embargo, era prolongar la ocupación sólo para posponer lo que todos sabían era casi inevitable. Aunque la llegada del Talibán implica una amenaza para miles de afganos y la instauración de un régimen de opresión, es un resultado preferible a una guerra civil prolongada que, como nos lo demostró la rapidez con la que el Talibán arrasó con el país, hubiera terminado con el mismo resultado. Seguirán las críticas contra Biden, pero ojalá Obama o Trump hubieran tenido el mismo valor para terminar con esta aventura de democratización militarizada que, año tras año, no dejó nada, sino víctimas.