Guillermo Hurtado

Morena y la izquierda

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En el siglo anterior, los políticos tenían que elegir la camiseta que se iban a poner en sus apariciones públicas: la roja, la de la izquierda, o la azul, la de la derecha. Dentro de cada una de esas dos categorías había tonalidades que se podían adoptar: se podía ser de extrema izquierda, de izquierda moderada o de una izquierda tan leve, que ya no quedaba claro si la camiseta era roja.

Con el paso de los años, cada vez más grupos políticos se resistieron a plegarse a esta dicotomía, y fue así, como se inventó el llamado “centro”, que era una manera muy conveniente de no ser ni de izquierda ni de derecha.

El régimen de la postrevolución mexicana a veces se movía hacia la izquierda y a veces hacia la derecha en una oscilación pendular que dejaba muy inquietos a los paladines de ambas posiciones en la vida nacional. Según el Partido Comunista Mexicano, el régimen postrevolucionario era de derecha, pero según la Confederación Patronal de la República Mexicana, el régimen era de izquierda.

En el siglo XXI, la discusión acerca de la izquierda y la derecha se ha vuelto ociosa, no sólo en México, sino en el resto del mundo. No obstante, nunca faltan los despistados que siguen suponiendo que los políticos deben ataviarse con una de las viejas camisetas.

La semana pasada, se informó que se había presentado una propuesta al Congreso Nacional, de borrar de su programa de acción la consigna de que “Morena es una organización política amplia, plural, incluyente y de izquierda”, para sustituirla por la de que “Morena es un partido-movimiento político de mujeres y hombres libres, que impulsa la cuarta transformación de México…”.

Pues siempre no fue así. La redacción aprobada fue: “Morena es un partido-movimiento de izquierda y antineoliberal, conformado por mexicanas y mexicanos libres, que impulsan la Cuarta Transformación de México…

Había leído críticas de que, al abandonar la bandera de la izquierda, Morena se quedaba sin ideología. No era cierto. La respuesta adecuada era que la ideología del partido debía definirse en otro plano, no en el mismo en el que se trazaban las coordenadas de la izquierda, la derecha y el centro. Lo que se conoce, al día de hoy, como Cuarta Transformación o, como me parece más acertado llamarlo, “lopezobradorismo”, se mueve sobre un plano distinto.

Al deshacerse de la arcaica noción de “izquierda”, Morena hubiera limpiado el terreno sobre el cual se espera que marche el movimiento. También le hubiera hecho un favor a la atribulada alianza del PRI, PAN y el PRD, que ya no hubiera tenido que devanarse los sesos cuando se le pregunta si es de izquierda o de derecha o de centro, y simplemente hubiera podido responder, con toda exactitud, que es una alianza en contra de la Cuarta Transformación, sin importar lo que ésta sea.