Hector Badillo

Aumentan islamofobia y antisemitismo con la guerra

DESDE EUROPA

Hector Badillo*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Hector Badillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Los mensajes de odio y la desinformación compartida en redes sociales digitales han incrementado el antisemitismo y la islamofobia en todo el mundo.

Medio Oriente vive un nuevo enfrentamiento de un conflicto muy antiguo en un momento de la historia en el que el mundo virtual ha cambiado la percepción de los problemas globales y el modo de consumir y compartir información de un tema tan sensible como éste.

La Organización de las Naciones Unidas define la islamofobia como el odio, alimentado por prejuicios, hacia los musulmanes. Mensajes y acciones de odio que buscan provocar, amenazar, acosar y abusar tanto de personas musulmanas como de no musulmanas, pero que comparten rasgos con la comunidad árabe, ya sea en el mundo real o también por medio del mundo virtual.

El antisemitismo lo define como los comportamientos discriminatorios, pasando por el acoso y la violencia, por medio de manifestaciones e incidentes de odio en contra de los judíos. El antisemitismo también viola el derecho a la libertad de religión o de creencias, según información de la ONU.

Una de las variantes que tienen en común ambas definiciones es el odio. Un sentimiento que ha generado mensajes en contra de judíos y musulmanes y que se multiplica gracias a las redes sociales digitales e impacta en el mundo real.

Por ejemplo, en Francia se han registrado más de 800 actos de antisemitismo entre los que se encuentra la pinta de 60 estrellas de David azules impresas en casas y edificios de París, la capital. En este país viven las comunidades más importantes de musulmanes y judíos de toda Europa.

Aún más preocupante fue lo que sucedió el pasado 14 de octubre en Estados Unidos, cuando un niño musulmán de 6 años fue brutalmente apuñalado hasta en 26 ocasiones por un hombre de 71 años que conocía a la víctima y se comprobó que el asesino actuó en respuesta de la guerra entre Israel y Hamas.

Estas acciones de odio se han alimentado principalmente de la crudeza de las imágenes que se comparten en redes sociales de manera masiva y sin un contexto informativo. Los pensamientos extremistas y mal informados hacen crecer este fenómeno de odio que se multiplica conforme avanzan los ataques entre Hamas e Israel.

Los contenidos que generan el odio injustificado no sólo provienen de canales no oficiales. El ministro de Patrimonio israelí declaró que su Gobierno debería lanzar una bomba nuclear sobre Gaza, declaraciones que supuestamente le han costado su cargo al ultraderechista, pero hay periodistas de Israel que aseguran que sigue en funciones.

Lo más peligroso de este odio viralizado, que también juega un papel muy importante en este conflicto bélico, es que algunos tratan de justificar las muertes de miles de niñas, niños, mujeres y hombres por prejuicios y desinformación descontrolada en Internet. Todos somos humanos y tenemos derecho a la vida, sin importar creencias, sexo e ideologías políticas.