México en la decadencia olímpica

DESDE EUROPA

Héctor Badillo
Héctor BadilloLa Razón de México
Por:

Mientras Estados Unidos, Asia y Europa se pelean el medallero en las olimpiadas de Tokio, los países latinoamericanos brillan por su ausencia en las distintas competencias del evento deportivo por excelencia.

Estados Unidos, China y Japón ocupan los tres primeros lugares en el medallero. Esos países tienen una larga trayectoria en la generación de deportistas de élite y aunque se trata de naciones con sistemas económicos, sociales y políticos distintos, un factor fundamental ha sido la promoción y la inversión que han hecho para la creación de deportistas de élite.

Detrás vienen Rusia, Australia, Gran Bretaña, Francia, Corea, Italia y Holanda, que se colocan en los 10 primeros puestos del medallero. Para encontrar otro representante del continente americano hay que desplazarse hasta el puesto número 14, con Canadá, y es el lugar 21 en donde por fin aparece el primer represente latinoamericano, Ecuador, con dos medallas de oro.

Esta justa olímpica deja claro el rezago que existe en Latinoamérica respecto al deporte de élite mundial y un reflejo también de que se trata de un continente en donde la mayoría de su población vive en la pobreza y en donde la desigualdad, la corrupción y la impunidad son una constante. Todo lo anterior se traduce en una falta de inversión en el deporte, el cual es resultado más de voluntades individuales que de gobiernos y confederaciones deportivas.

En México es clara la pobre estrategia deportiva que arrastramos desde hace varias décadas, sin apoyos y en manos de funcionarios corruptos que no trabajan en favor de los deportistas ni para Mexico. En nuestro país es deficiente el soporte detrás de cada deportista, así que los competidores mexicanos tienen que brillar con su propia luz, sin un buen proyecto detrás que los respalde. Somos un país con competencias clave que de vez en cuando sobresale en algún deporte a pesar de tener un extenso territorio y una población de 130 millones, por lo que de haber una buena planeación e inversión los mexicanos podrían ser una potencia deportiva de élite.

La realidad es que el deporte, como cualquier otra actividad, requiere de práctica constante para que el cerebro actúe de manera automática y se mejore día a día la habilidad y motivación de los deportistas. Claro que hay gente con habilidades especiales, pero el cuerpo humano tiene la capacidad de aprender y mejorar con la práctica constante. Lo importante es que se cuente con los apoyos necesarios de las instituciones, tener el equipo y las instalaciones adecuadas y poder mantener un nivel de vida de la mano del deporte, elementos que son difíciles de encontrar en el proyecto mexicano, porque sólo se ve a los atletas como un negocio y un ejemplo es el futbol.

El deporte no es sólo un juego, es un espacio de aprendizaje, de disciplina, de trabajo en equipo, de esfuerzo, de filosofía de vida y de fuerza mental. La inversión en deporte es necesaria para mejorar el nivel de vida de un país y atacar otras problemáticas como la violencia y la desigualdad.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.