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Rediseño organizacional e implementación

NUEVOS HORIZONTES

IRALTUS*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. 
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*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
Por:

Por Carmina Moreno Sánchez

El cambio acelerado que vivimos exige adaptabilidad y resiliencia constante en todos los aspectos, en este sentido el rediseño organizacional o reorganización estructural emerge como una opción para adaptarse a las demandas que exige el nuevo entorno, asignando funciones y responsabilidades de acuerdo a las necesidades.

El rediseño organizacional consiste en optimizar los procesos, estructuras y asignación de personal para maximizar el valor generado por las empresas; evaluar cómo estamos trabajando y definir cómo podemos organizarnos para trabajar mejor, de forma más orientada, eficiente y efectiva.

El primer paso para lograr un rediseño organizacional efectivo es analizar los procesos de la empresa para identificar las áreas de oportunidad y, en su caso, replantear los procesos. Exige de flexibilidad, para su implementación.

Como segundo paso es necesario diseñar una estructura acorde a los procesos definidos, que considere las relaciones jerárquicas, así como las interacciones horizontales entre las diferentes áreas. En este ejercicio se vuelve de vital importancia evaluar cada una de las funciones definidas en los procesos y determinar el número de personas y perfiles que se requieren para ejecutarlas. Al definir la nueva estructura asegúrate de no duplicar funciones y de que existe absoluta claridad en cuanto a lo que cada área y cada persona debe asumir como responsabilidad. No debemos considerar que esto queda escrito en piedra, tanto la estructura como los procesos deben considerarse como entes vivos que deben ajustarse con base en los requerimientos del mercado.

Gráfico
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Una vez que se haya definido la estructura, es de vital importancia comunicar a la organización que se estará llevando a cabo una reorganización y que esto implicará, probablemente que algunos de los colaboradores cambien de función o de área. Un canal de comunicación permanente entre la Dirección General y todos los miembros de la organización permite mantenerlos al tanto del avance de la reestructura y de lo que pueden esperar en el corto, mediano y largo plazo, lo que facilitará la implementación.

Posteriormente, llega el momento de tripular la estructura, esto significa colocar a cada persona en el lugar en donde puede generar mayor valor con base en su perfil, experiencia y plan de desarrollo profesional. Una evaluación de desempeño te permite obtener información para una mejor asignación de funciones a cada trabajador. Este proceso debe realizarse de manera paulatina y ordenada, pero considerando a la totalidad de los trabajadores, definiendo cuál será su posición y ejecutándolo.

La flexibilidad y resiliencia son características que cobran cada vez mayor relevancia en el mundo. La capacidad de una organización para adaptarse a los cambios es un factor definitivo para no sólo lograr la supervivencia, sino orientarse al crecimiento sostenido.