Corea del Sur: mujeres se radicalizan para protegerse de la violencia en su contra

HABLANDO DE DERECHOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.La Razón de México
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Lo que pasa hoy en día en Corea del Sur es una rebelión de las mujeres ante las políticas que sólo buscan perpetuar la violencia en su contra y una cultura que rechaza el trato igualitario entre hombres y mujeres. Corea del Sur es gobernada por Yoon Suk-yeol, quien ante esta rebelión ha sugerido que el movimiento feminista es el responsable de ésta, y ha promovido políticas conservadoras que sumergen aún más a las mujeres en contextos de violencia.

La mayoría de las mujeres han decidido no casarse y dejar de tener hijos/ hijas, lo cual ha ocasionado una baja importante en la natalidad. Hoy, Corea del Sur tiene la tasa de fecundidad más baja del mundo, convirtiéndose en un país en donde mayoritariamente hay personas adultas mayores.

Esta radicalización es detonada por un sistema patriarcal que perpetúa una carga de trabajo imposible de cumplir para ellas, sumergiéndolas en la desesperación y en el sufrimiento. Las mujeres sudcoreanas, como sucede en muchas otras partes del mundo, cargan con la mayor parte de trabajo del hogar y la crianza, y en donde la doble faena es superada por las mujeres, dedicando ellas más de tres horas al día a estos trabajos, mientras que los hombres apenas llegan a la hora al día. Además, según informes de Human Rights Watch 2021, cada día y medio, una mujer es víctima de feminicidio o intento de éste, y las fuentes empleadoras continúan despidiendo a las embarazadas al considerar que son una carga y que afectan a la productividad.

Pero al parecer, los sudcoreanos no entienden que no entienden, tomando una posición de víctimas ante lo que se conoce como la 4B. No citas, no sexo, no matrimonio y no crianza de hijos. El gobierno ha visto en esta postura una oportunidad para apoyar el sentir de los hombres; ha eliminado de los libros de texto el término “igualdad de género”, no ha reconocido la misoginia en varias acciones provocadas en contra de las mujeres, al grado que declaró que cualquier denuncia de violencia de género, que la autoridad identifique como falsa, tendrá severas sanciones, ya que en Corea no existe el sexismo estructural.

Esto que hoy pasa en Corea del Sur me recuerda a una organización en donde varias mujeres africanas vieron en la homosexualidad la posibilidad de construir relaciones más sanas, dejando así el sexo con hombres. También me recuerda la película La fuente de las mujeres, en donde un grupo de mujeres árabes, en una aldea, deciden hacer una huelga de sexo. La verdad es que la idea no me parece tan descabellada. Hoy más que nunca, hemos atestiguado a través de marchas y movimientos sociales, que se dan en todo el mundo, que las mujeres siguen viviendo situaciones y contextos de violencia y que, aunque hay avances, éstos aún no alcanzan, motivo por el cual urge modificarse y, si la opción de visibilizar estas realidades es con acciones en donde más les duele a los hombres, pues ¡enhorabuena!