Jacqueline L'Hoist Tapia

Viruela del mono, una enfermedad que estigmatiza

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La OMS establece que este virus se transmite al ser humano por contacto estrecho con una persona o animal infectado, o con material contaminado por el virus, y por supuesto, están incluidos los líquidos y fluidos corporales. El mes pasado, escuchamos al director de la Organización Mundial de la Salud recomendar a la comunidad LGBTTTIQ+, específicamente a hombres gay, a reducir el número de parejas sexuales y así evitar mayor número de contagios, también hemos visto cómo las notas incluyen a hombres afros y latinos, aunque en menor medida.

¿Por qué enfocar su mensaje a un grupo específico de población, como los hombres gay? Pues porque en el imaginario social se ha construido una imagen de cómo son las personas de la diversidad sexual, a partir muchos de ellos de sesgos inocentes y otros abiertamente homofóbicos. Es decir, construcciones sociales estigmatizantes que se han naturalizan a tal grado, que se convierten en dar un peso desproporcionado a ciertas conductas, cayendo en lo injusto. ¿Por qué creer que los hombres gay son más propensos que hombres y mujeres heterosexuales a tener muchas parejas?, evidentemente por un prejuicio, y de ahí la recomendación de la OMS.

En los años 80 se estigmatizó el VIH a causa del desconocimiento sobre su origen y las vías por las que se podía transmitir. Décadas después, a pesar de los avances médicos para tratar y curar esta enfermedad, la desinformación continúa como una cadena de estigmas difícil de quebrantar, que perjudica a hombres gay, principalmente. Actualmente, con la viruela del mono, nos estamos enfrentando a un escenario similar, en donde la humanidad estaría replicando los mismos prejuicios basados en estereotipos por preferencias sexuales fuera de la heteronorma que se tenían con el VIH y sumando un tema de racismo por tono de piel y origen.

Para entender un poco más cómo esta desinformación cobra ventaja sobre los hechos y la realidad, no debemos dejar pasar el papel principal que juega la ciencia, en este caso, y para ser más específicas, la medicina, ya que esta puede verse como un medio que, a lo largo de la historia, ha sido utilizado en beneficio del desarrollo humano, pero también la medicina ha llegado a utilizarse en detrimento de los llamados grupos desfavorecidos, reforzando la violencia en sus distintas manifestaciones, como el racismo y la homofobia.

La mayoría de las veces ni siquiera dudamos que la medicina es lo más objetivo con lo que podemos contar, ya que forma parte de las ciencias naturales y, por supuesto, está basada en un método. Sin embargo, ésta también debe ser vista como una ciencia social, para que de manera integral logre mayor beneficio en la salud y el bienestar de todas las personas.

Cuando a la medicina se le despoja de su dimensión social, obtenemos como resultado la violación sistemática de Derechos Humanos. Las personas médicas tienen un deber y una responsabilidad de llevar a cabo su profesión basándose en la no discriminación, para que de esta manera no caigamos en el mismo estigma que caímos cuando el VIH en años atrás.