Javier Solórzano Zinser

Hidalgo y Coahuila, consideraciones

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

La presunción de que Morena podía triunfar de manera holgada no se cumplió.

El PRI mantiene fuerza y presencia en muchos municipios y no se puede perder de vista que sigue teniendo una estructura partidaria que le permite una organización y movilización; fue palpable el domingo.

Hidalgo y Coahuila son gobernados por el PRI. Los gobernadores mantienen buenos niveles de popularidad lo que les da capacidad de maniobra interna que alcanza para una eventual influencia en el proceso electoral.

Hay muchas maneras de ver cómo le fue a Morena. En Coahuila la izquierda ha tenido históricamente escasa presencia, las fuerzas dominantes han sido el PAN y el PRI. En las elecciones federales de 2018, Morena tuvo más de 500 mil votos consiguiendo 3 de los 7 distritos electorales.

4 consideraciones: 1. Por un lado, no estaba la fuerza de López Obrador en la boleta, lo cual pudo ser determinante para quienes en las pasadas elecciones habían optado por Morena. 2. Ninguna organización de izquierda había obtenido en Coahuila un número tan alto de votos en una elección local, en los primeros conteos llega al 20%. 3. No puede pasarse por alto el eventual desgaste que ha tenido López Obrador, el cual en algunos estados, la dinámica del norte del país es diferente a la del sur. 4. Morena pagó la falta de una estructura partidista que le permitiera una organización distinta a la que presentó, no pudo tener representantes en todas las casillas.

Está a la vista que los problemas internos en Morena, a lo que hay que sumar la falta de estructura partidaria, muy probablemente pesaron en la organización para enfrentar las elecciones.

Muchas de estas consideraciones se extienden al proceso en Hidalgo. Es factible que en este estado los remanentes de la pasada elección hayan sido un factor que le permita a Morena estar peleando con el PRI. Los primeros números arrojan una reñida batalla entre el tricolor y Morena; sin embargo, todo indica que en los municipios con mayor densidad de población el PRI se va a llevar la victoria, entre ellos pueden estar Pachuca y Tulancingo.

Plantear que el tricolor está de vuelta suena aventurado. La razón de lo sucedido el domingo estriba en que sin estados con gobernadores bien posicionados falta? y también en que la estructura del partido de alguna u otra manera se mantiene.

No hay indicios de que el PRI haya hecho un acuse de recibo de la elección del 2018. Lo que está pasando es que el domingo se conjuntaron una gran cantidad de variables en el desarrollo del proceso electoral; no vemos cómo lo que pasó en Hidalgo y Coahuila se vaya a repetir el año que entra.

En lo que debiera reparar el PRI es que el resultado debiera ser un aliento en función de lo sometido e intimidado en que ha estado. Quizá ni en el propio PRI imaginaban lo sucedido, pero como sea le permite sacar la cabeza, quizá en el balance final sea más por lo sucedido en el entorno que por lo que se haya hecho al interior del tricolor.

Morena no va a triunfar sólo con estar en la boleta, acaba de tener una clara prueba de ello. La popularidad del Presidente empieza a caminar por un derrotero diferente del rumbo que está tomando el partido. Si los números le están siendo tan claramente favorables en el renglón de popularidad a López Obrador, ya se vio el domingo que no se expanden en automático a la vida del partido.

Dos consideraciones más 1. El proceso electoral del domingo se pudo desarrollar a pesar de la pandemia, el balance es favorable. 2. El Presidente debe leer de muchas maneras el resultado, empezando por la interpretación que los ciudadanos hacen de su gobierno, más allá de la esperanza que él sigue significando.

RESQUICIOS.

Que conste: Lázaro Cárdenas “fue respetuoso de la oposición… ante los persistentes y viscerales ataques de las oposiciones, respondiendo a ellos con su labor política y conducta cívica, pues sabían qué y quiénes los movían y quiénes los representaban”: Cuauhtémoc Cárdenas.