Jorge Camacho

Pobreza política

ELUCIDACIONES

Jorge Camacho*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jorge Camacho
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

La responsabilidad de gobernar sin duda es el honor que se busca por parte de todos quienes están inmersos en la política, la responsabilidad va en todas las vías y desde cualquier cargo que se somete a una elección. No importa si se busca ser comisario de un pueblo, presidente municipal, diputado, senador, gobernador o presidente de un país. La búsqueda está centrada en ¿cómo se hace para servir y cómo se gobierna?

Los gobernantes tienen la responsabilidad de llevar los destinos del lugar y de las personas que los eligieron, y de todos los que habitan en el lugar que se determinó, más allá de si todos o unos cuantos (mayoría) otorgó su confianza y su voto.

El gobernante debe ofrecer opciones de un mejor futuro, y hacer hasta lo imposible para lograr mejorar las condiciones de sus gobernados. Cuando no tiene oferta que realizar, se limita a lo que está hecho y justifica su falta recurriendo necesariamente al pasado.

Encontrar en el pasado la relación de culpabilidad de todos los males del presente y endilgarlos al futuro, es lo más fácil y común en gobernantes poco preparados y con una alta pobreza política.

Es evidente que no todo lo que pasó antes de la responsabilidad de gobernar, es malo o se realizó de manera deficiente. Menos cuando en las promesas, hechas en el periodo utilizado para convencer a las mayorías, dijiste que lo harías muy bien y que incluso, podrías mejorar lo que ya se tenía.

Desde siempre los gobernantes tratan de imponer su sello, y en ese sello dejar claro que lo que ellos hacen, siempre es mejor que lo que hicieron sus antecesores, pero numerosos estudios han concluido que la falta de seguimiento a los verdaderos planteamientos de política, encaminados a mejorar el nivel de desarrollo de los pueblos, dan al traste con el verdadero desarrollo y la responsabilidad de gobernar queda en deuda permanente.

Una sociedad con pobreza política mantiene un Estado sometido y con autoridades sometidas, ancladas en la culpabilidad del pasado inmediato.

Hoy la sociedad en que vivimos, mayormente, está caracterizada por tener gobernantes con pobreza política. Habrá que exigir, como sociedad, gobernantes mejor calificados, mejor preparados, con mayor posibilidad de negociar, independientemente del sentido de su postulación partidaria.

Es tiempo de gobernar para todos y con las mejores herramientas, y dando seguimiento a lo que sí está bien hecho, defendiendo lo que da resultados.