Josefina Vázquez Mota

Educación sin machismo ni misoginia

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Josefina Vázquez Mota 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Hace unos días, en el Senado de la República aprobamos por unanimidad una reforma que contribuye a hacer realidad la igualdad sustantiva desde las escuelas y evitar la reproducción de estereotipos de género.

Las reformas a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, pretende que desde los primeros años de vida, desde los primeros años en la escuela, se termine con roles estereotipados, sólo así se romperá con los pactos patriarcales, con actitudes misóginas y machismo que años más adelante provocarán maltrato e incluso muerte y persecución que lastiman diariamente a millones de mujeres.

Con la reforma se deberá capacitar al personal administrativo y docente en cada centro escolar del país, por medio de cursos de sensibilización y formación sobre igualdad de género, prevención y atención a los diferentes tipos de violencia y de cultura de la paz, para que a través de ellos se evite la reproducción de roles estereotipados de género y se alcance la igualdad sustantiva.

Además de conformar una instancia multidisciplinaria responsable que establezca mecanismos para la prevención, atención y canalización de los casos de maltrato, perjuicio, daño, agresión, abuso o cualquier otra forma de violencia que se suscite hacia niñas, niños y adolescentes, en los centros educativos del país.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), ha demostrado que los procesos educativos garantizan la construcción y trasmisión de valores y actitudes comunes, favorecen la integración y participación de todos, y en particular de las comunidades marginadas, y generan espacios de interacción y conectividad social positivos.

La educación desempeña un papel decisivo en la emancipación de la mujer, la protección de los niños contra la explotación laboral; el trabajo peligroso y la explotacion sexual; la promoción de los derechos humanos y la democracia; la protección del medio ambiente y el control del crecimiento demográfico.

Esta reforma también abona a que las escuelas estén en condiciones óptimas para el buen desempeño de la tarea docente, y el logro del aprendizaje, que ayude al pleno desarrollo de los educandos.

En México, las escuelas con peores condiciones se encuentran en comunidades indígenas. Los maestros en esos planteles reciben menos apoyo que sus compañeros de otros lugares.

Durante la pandemia muchas escuelas sufrieron daños, despojos, no tuvieron el mantenimiento adecuado por el confinamiento, por eso es que esta reforma tiene como propósito que se restituya de la mejor manera y a la brevedad las condiciones óptimas y de infraestructura para todo el sistema escolar de niñas, niños y adolescentes.

Esta importante reforma, que fue aprobada por unanimidad, hará posible el cambio en diversas leyes y permitirá ir construyendo una sociedad más justa y equitativa; además de erradicar desde muy corta edad patrones de conducta que abonen a la igualdad sustantiva.