Josefina Vázquez Mota

Una epidemia llamada autoritarismo

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Josefina Vázquez Mota
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Tal parece que últimamente lo que menos importa en el país es respetar la Constitución y las leyes que de ella emanan. Es como si fuera una epidemia en donde de repente cada quien interpreta las leyes a su modo, a su conveniencia y a lo que mejor le acomode.

Esa epidemia que nubla la mente y enloquece la razón ha provocado que quienes criticaban al Presidente, a su mayoría parlamentaria y a su partido, hoy, casualmente, también interpretan la Constitución de Nuevo León a su manera.

No sorprende que haya líderes de Morena, empezando por el Presidente, defendiendo lo indefendible, y peor aún, victimizando a quienes en esta ocasión violaron la ley y la Constitución de ese estado. Hasta parecen amigos, aliados.

Que algunos líderes de Morena en el Senado digan que la Suprema Corte decidió ser parte del proceso electoral por hacer valer las leyes y la Constitución de Nuevo León, al señalar que es el Congreso local quien determina al gobernador interino, me parece un absurdo.

Decir que la Corte “ya tomó partido” y que decidió participar en el proceso electoral de 2024, y que eso deja un precedente “muy grave, muy delicado”, es tener mucha imaginación y deseo de golpetear al Poder Judicial. Tal y como lo ha venido haciendo su líder supremo, quien, por cierto, los quita y pone como floreros de aparador.

La epidemia del autoritarismo está haciendo mucho daño en los partidos, en las y los políticos, y en quienes aspiran o aspiraban una candidatura, pues los lleva a hacer rabietas y a que se cumplan sus caprichos.

Ese autoritarismo rancio que todo lo que toca lo destruye, lo vulnera, lo violenta, lo trastoca, que tiene como lema: “No me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”.

Los que han sido tocados por la epidemia del autoritarismo amenazan a diestra y siniestra a sus opositores, hacen uso de la venganza política, y sus mejores consejeros son: el rencor, el odio, la prepotencia, la soberbia y la división.

Espero que, en el marco de lo ocurrido en Nuevo León, los gobernantes de ese estado eviten politizar aún más el ambiente, dejen de señalar “los buenos y los malos”, “están conmigo o contra mí”, porque de seguir haciéndolo, le harán mucho daño a la ciudadanía y recrudecerán la violencia entre unos y otros.

Evitemos a toda costa que la epidemia del autoritarismo haga más daño al país, y mejor contribuyamos a fortalecer el Estado de derecho, el respeto a nuestra Constitución, a la de las entidades federativas, y a las leyes que de ellas emanan, o de lo contrario, el retorno a la paz y a la civilidad, será muy largo.