Josefina Vázquez Mota

Urge abastecer fentanilo de uso médico

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Josefina Vázquez Mota
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En los últimos meses se ha hecho cada vez más patente la preocupación en diversos países, particularmente en Estados Unidos, por el incremento en el uso del fentanilo en el mercado de las drogas, lo que ha provocado que cada día pierdan la vida más de 150 personas por sobredosis en el país vecino, de acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades del gobierno de Estados Unidos (CDC).

Si bien comparto la preocupación y la necesidad de que se lleven a cabo todas las acciones necesarias para disminuir la producción, distribución y consumo del fentanilo ilegal, también me parece indispensable apuntar que existe una clara diferencia con el fentanilo de uso médico, que ha empezado a escasear en nuestro país, con las consecuencias negativas que trae para la salud de los pacientes.

Diversos especialistas como el doctor Alejandro Macías, experto en epidemiología, han advertido que estamos atravesando una crisis debido a la situación del fentanilo, ya que en hospitales de nuestro país hay un serio desabasto de este medicamento a pesar de que se encuentra debidamente regulado, y que no es el mismo que se utiliza en el narcotráfico, siendo indispensable para una anestesia segura, así como para el control del dolor en pacientes con enfermedades incurables.

Los opioides son un tratamiento esencial para el dolor, por ejemplo, para pacientes que padecen cáncer moderado a intenso, en etapa avanzada, metastásica o terminal. El objetivo del uso médico del fentanilo es aliviar el dolor a un nivel que permita una calidad de vida aceptable.

El doctor Enrique Hernández, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Anestesiología, ha señalado que de prohibirse el fentanilo farmacéutico o médico, se sustituiría por la morfina, y tendrían que aplicarse más dosis para igualar su efectividad, lo que incrementa costos médicos, pues en vez de utilizar una ampolleta de fentanilo, se requerirían dos o tres de morfina, pues los efectos del fentanilo son mucho más rápidos y potentes.

El fentanilo que se ocupa en instituciones médicas, es un medicamento puro que lo utilizan profesionales de la salud debidamente dosificado, de tal forma que no tiene los perniciosos efectos secundarios del fentanilo ilegal. Es de destacar que un médico general o de otra especialidad, no puede recetar fentanilo a sus pacientes, ya que necesita una cédula especial que generalmente es de un anestesiólogo o algólogo.

Por ello, y con el objeto de que se garantice el abasto necesario del fentanilo médico, presenté en el Senado un Punto de Acuerdo para exhortar a la Secretaría de Salud, a que se adopten las medidas necesarias para garantizar el abasto de fentanilo médico.

El fentanilo legal no es el problema, por lo que su prohibición en nada contribuiría a resolver el tráfico ilegal de pastillas con este opioide, y en cambio sí, ocasionará un grave daño para la atención de pacientes que requieren de anestesia, padecen una enfermedad incurable o que provoca un dolor intenso.