Los presidentes del Perú

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González
Leonardo Núñez GonzálezLa Razón de México
Por:

La historia contemporánea de Perú ha estado marcada por una sucesión de crisis que no acaban de terminar cuando la siguiente ya estalló en la puerta. En un periodo de una semana, por ejemplo, tres diferentes personas ocuparon la presidencia y, en medio de unas movilizaciones masivas protagonizadas por los jóvenes, el país enfrenta la crisis del coronavirus con una crisis política en la que los ciudadanos están hartos de un sistema que no los representa y en el que las instituciones simplemente están al borde del colapso.

Para dimensionar el tamaño de la crisis de representación que vive Perú, basta recordar la situación de siete de sus últimos presidentes. Alberto Fujimori, el dictador que se mantuvo al frente del gobierno de 1990 a 2000, hoy cumple una condena de 25 años de cárcel por corrupción y violaciones a derechos humanos. Alejandro Toledo, quien gobernó del 2001 a 2006 como el primer presidente electo después de la restauración de la democracia, se encuentra detenido en Estados Unidos por delitos de tráfico de influencias, colusión y lavado de activos, entre los que se incluye su participación con la constructora brasileña Odebrecht. Alan García, quien ya había gobernado de 1985 a 1990, regresó al poder para un segundo mandato de 2006 a 2011; después de que se le acusó de haber participado también en los sobornos de Odebrecht y antes de que fuera llevado a juicio, se suicidó de un disparo. Ollanta Humala, quien representó el regreso de la izquierda al gobierno de Perú, entre 2011 y 2016, se encuentra en libertad condicional mientras enfrenta un proceso por los presuntos delitos de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir.

Pablo Kuczynsky, el empresario que en 2016 se enfrentó al ascenso del fujimorismo y que prometió combatir a la corrupción del sistema, acabó renunciando dos años después en medio de una serie de investigaciones que lo ligaban, también, con los pagos ilegales de la constructora brasileña. Martín Vizcarra, quien desde 2018 ocupó el lugar de Kuczynsky, fue destituido por el Congreso en medio de una serie de acusaciones de haber recibido sobornos para la entrega de contratos públicos cuando gobernó la región de Moquegua.

Cuando Manuel Merino, quien desde la Presidencia del Congreso impulsó la destitución de Vizcarra y llegó a la presidencia el 10 de noviembre, los peruanos simplemente estaban hartos de un sistema en el que los cambios de un gobierno no han llevado a ningún lugar y en el que la lucha del poder por el poder lo ha sido todo. Esto llevó a las manifestaciones más grandes en dos décadas y que, desgraciadamente, terminaron con dos jóvenes muertos por la represión estatal, lo que terminó con Merino renunciando al poder el 15 de noviembre. El nuevo presidente interino, Francisco Sagasti, ha logrado calmar un poco la ira ciudadana y ha prometido llevar al país a las elecciones que celebrarán el próximo año, pero el modelo político peruano no podrá salvarse con un simple cambio de gobierno. Los presidentes del Perú y su clase política profundamente corrupta han fracasado. Toca a los ciudadanos hacer algo o enfrentarse a la continuación de la crisis infinita.